Sevilla
La mitad del PSM a por la silla de Gómez
Críticos de diferentes familias presentan listas «por la renovación» en la mayoría de las agrupaciones. Aseguran que el proyecto del líder, que aglutina a la otra mitad del partido, está agotado y piden su salida
MADRID- «Tras el congreso de Sevilla hemos recibido muchas llamadas de simpatizantes que siempre han estado con Tomás Gómez, como muchos de nosotros, pero que ahora creen que su proyecto está agotado», con estas palabras explicaba ayer uno de los miembros de la candidatura madrileña de Alfredo Pérez Rubalcaba en Sevilla el escenario que se ha abierto en Madrid con su proclamación como líder de los socialistas.
Desde ayer los militantes de las 158 agrupaciones del partido en toda la región están metidos de lleno en la tarea de elegir a los delegados que les representarán en el congreso regional que, en los días 2, 3 y 4 de marzo, puede dar un giro a la federación madrileña porque en la cita sus apoyos serán decisivos para ratificar o desbancar al que ha sido su secretario general desde el año 2007.
Tomás Gómez ya ha presentado su candidatura de forma oficial, quiere seguir liderando la oposición en la Comunidad de Madrid aunque, desde su entorno reconocen que apoyar a Carme Chacón en el cónclave federal del pasado fin de semana no rema a su favor aunque ayer logró mayoría de delegados en las agrupaciones de Arganzuela, Vallecas, Chamartín oParla. Sus opositores, aún sin un candidato definido, están apareciendo como setas desde la proclamación de Rubalcaba y en las principales agrupaciones del partido los críticos con la actual Ejecutiva regional han presentado al menos una lista alternativa.
Las agrupaciones de Torrejón de Ardoz o Parla fueron ayer ejemplos de «oficinas» con dos listas para elegir candidatos. En la primera el que fuera elegido candidato para el 22-M y posteriormente relegado por la dirección del PSM a favor de la candidata que les era afín, José Vicente Espino, encabezó una lista.
Votación-protesta en Parla
El mismo caso se repitió en Parla, donde Beatriz Aceredillo, la edil que criticó el despido de trabajadores del Ayuntamiento, lideró una candidatura frente a la del sucesor de Gómez en el Consistorio, José María Fraile, al que un centenar de empleados municipales, policías municipales incluidos, increparon en la puerta de la agrupación cuando se disponía a emitir su voto.
El caso de Puente de Vallecas es aún más llamativo. En el único distrito de la capital en que los socialistas consiguieron sacar mayoría en las elecciones del 20-N, ayer se votaron tres listas. A la que pedía el voto para Gómez, encabezada por Juan Barranco, se unieron ni más ni menos que dos más que hacían suyo el documento de 14 puntos que los críticos hicieron público el miércoles. Bajo el nombre de «Vallekas por el Cambio y la Unidad», Esther Peña, militante de la agrupación aportó una lista cremallera, la primera en poner cara al grupo de militantes descontentos con su líder.
El resultado de esta primera vuelta en las agrupaciones se conocerá el domingo. Entonces la dirección del PSM recopilará los datos de todas las agrupaciones y se podrá tener una estimación del apoyo de la federación madrileña a Tomás Gómez. Los críticos se muestran optimistas, igual que los fieles al secretario general a pesar de que, explican, son conscientes del voto que puede arrastrar la decisión última de Rubalcaba.
Convenciendo a Lissavetzky
Al margen de las votaciones, en el aparato federal continúan buscando un líder de peso al que enfrentar con Gómez y parece que la búsqueda se está centrando ahora en el seno de la federación madrileña. Tras citar al ex ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, y al secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez, fuentes del PSM consultadas por LA RAZÓN apuntaron a Jaime Lissavetzky como la mejor opción para liderar el proyecto de Alfredo Pérez Rubalcaba en Madrid. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento –que ya fue número uno de la lista que pedía el voto para Rubalcaba de cara al congreso de Sevilla– está estos días encabezando las negociaciones entre «tomasistas» y «rubalcabistas» para alcanzar consensos en la elección de delegados al congreso regional y, aunque ha repetido que no quiere optar al puesto, son varios los sectores del partido en los que se apunta a Lissavetzky como el rival más fuerte. Las citadas fuentes aseguraron que desde la dirección nacional «están intentando convencer a Jaime por su lealtad a Rubalcaba y por su experiencia». No en vano, el socialista ya fue líder secretario general de la FSM.
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