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Cheques sin fondos

La Razón
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Los cheques de Florentino Pérez estaban conformados y no hubo posibilidad de devolución. Los del jeque Al-Thani no están bendecidos. No tienen el valor que se les supone. La diferencia se vio en menos de media hora. El Madrid se hizo con el mando y en media hora ya había puesto el marcador patas arriba. No sólo goleaba sino que mandaba en la posesión del balón en todas las zonas del campo. Minimizó al equipo malacitano, al que suponíamos un potencial que no mostró.
El partido acabó de manera placentera para el Madrid y para el árbitro. Mateu Lahoz, quien dejó el fútbol porque le quitó el sitio en el juvenil del Valencia el presidente de la AFE Luis Rubiales, tiene un concepto futbolístico distinto al de sus colegas. Tan permisivo es que no se inmutó en los primeros minutos en los que hubo un penalti en cada área. Con la goleada, su actuación quedó en segundo plano. Siempre, ante la duda, se abstiene. Ello es bueno, pero no siempre, porque deja jugar y el partido no se interrumpe.
El encuentro recordó a aquellos sangrientos combates de boxeo en los que, pese a la sangre y las cejas partidas, el púgil se mantenía en pie impulsado por su preparador, que renunciaba a arrojar la toalla. En esta clase de partidos debería estar permitido que el acosado, el saco de los golpes, pudiera anunciar su rendición para evitarse mayor humillación.
Posdata. Esta vez, auténtico «hat-trick». Tres goles consecutivos, sin que marcara un compañero en medio y todos en la misma portería. Pura ortodoxia.