OPINIÓN: Obamamanía

Desde que Barack Obama ganó las elecciones, se generó en la izquierda española –a pesar de no ocultar su animadversión por Estados Unidos– un efecto dominó. Todos querían ser él. La actual ministra de Sanidad, entonces portavoz del PSOE, llegó a equiparar a Zapatero con Obama. Era el Obama español. Y hasta en Madrid, Tomás Gómez fue considerado –por algún que otro osado colaborador– el Obama de Parla. La Obamamanía se extendió en la izquierda de nuestro país.
Pero el mundo no se transforma con palabras y bonitos conceptos. El 2N Obama recibió el mayor varapalo de la reciente historia norteamericana, como el Obama español recibirá el 22M el mayor varapalo territorial y el de Parla engrosará la lista de los secretarios generales de la FSM que no ganaron las elecciones.
En los últimos meses, el único mensaje fuerza que ha transmitido el buen comunicador Obama es el aumento del gasto público y la intromisión en la vida privada de las personas. ¿Les suena de algo? Ante la crisis, Zapatero sólo ha sabido aumentar el gasto público y generar deuda.
Lo que ha pasado en Estados Unidos nos deja una reflexión: hay que cumplir con la responsabilidad de gobernar y tomar decisiones para sacar al país de la crisis. Ojito Tomás, con eso de querer ser el Obama de Parla.