Balón de Oro
Simão: «Me cuesta mucho salir»
El portugués Simao Sabrosa se despidió hoy del Atlético de Madrid en una emotiva rueda de prensa, en la que incluso se le escaparon las lágrimas durante algunos momentos y en la que recordó que ha sido un "honor"vestir la camiseta rojiblanca durante tres años y medio y admitió que lo va a echar de menos.
Madrid- En el Calderón no se habían apagado todavía los gritos del último gol de Simão ni se habían acabado de limpiar los restos de los bocadillos de la última victoria cuando Enrique Cerezo anunciaba la marcha de «un amigo». «Cuando bajé al vestuario como hago siempre después del partido contra el Espanyol, vi algo que no había visto nunca. Simão se estaba despidiendo de algunos jugadores del Espanyol y sus compañeros estaban haciendo un círculo para despedirlo. Y cuando entró lo recibieron con una gran ovación, con abrazos y con mucho sentimiento». Mientras el presidente del Atlético contaba los últimos momentos de Simão en el vestuario rojiblanco, el portugués, emocionado, trataba de secarse las lágrimas.
Era una despedida extraña la de ayer. Un futbolista que no se quería ir y un presidente que no quería dejarlo marchar. Pero la naturaleza del Atlético impide que la opinión de Cerezo sea la única. Y Simão se marcha al Besiktas para jugar lo que queda de temporada y dos más sin que el Atlético obtenga más beneficio que ahorrarse algo más de un millón de euros de su ficha de este año. El beneficio para el futbolista es asegurarse dos años más de fútbol con una ficha cercana a los tres millones.
«Hoy estamos aquí no para despedir a un grandísimo futbolista, que es cierto, y tampoco a una gran persona, que también lo es. Estamos aquí, por encima de todo, para despedir a un gran amigo. Ha sido un magnífico profesional y tiene una calidad humana como pocos», comentó Cerezo. El discurso estaba escrito, pero las palabras le salieron del alma al presidente rojiblanco.
Simão es uno de los futbolistas con los que mejor relación tiene y su marcha le ha molestado. «Ha sido uno de los capitanes y siempre ha ayudado mucho a los nuevos», añadió. Y para demostrarlo estaba Joel, el segundo portero y uno de los últimos en llegar a la primera plantilla.
Al portugués le costaba hablar. La emoción le atascaba la garganta. «No es fácil. En este momento me cuesta y me duele mucho salir, porque es el grupo donde he tenido más amigos. Creo que siempre he sido un profesional ejemplar», comentó Simão, que agradeció al club los años pasados en el Calderón y a Futre, que también asistió a su despedida, que quisiera ficharlo cuando era el director deportivo.
Cerezo le entregó una réplica de la Europa Liga y de la Supercopa antes de que Simão se levantara y se despidiera, uno a uno, de todos los presentes. Se va un capitán.
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