Majadahonda

«Nos han robado lo más sagrado que tenemos»

En la pasada misa del gallo unos gamberros prendieron fuego a la puerta de la iglesia con 12 litros de gasolina.

El padre David Benitez Alonso junto a la iglesia de Santa Genoveva
El padre David Benitez Alonso junto a la iglesia de Santa Genovevalarazon

Madrid- ¿Qué está pasando en Majadahonda? En el municipio ya no saben qué pensar, si los ataques a sus iglesias son simples actos vandálicos o, quizás, agresiones al cristianismo. «Desde luego va más allá de una simple gamberrada, barajamos que estos asaltos a Dios sean obra de sectas que usan para sus ritos objetos religiosos con el fin de ultrajar a cristo», aseguran los curas de los templos asaltados. También hay quien piensa que podría tratarse de la tan actual persecución a cristianos al igual que sucede en países como Pakistán o Alejandría.
La Parroquia de Santa Catalina Mártir, en Majadahonda, ha vuelto a sufrir un nuevo ataque la semana pasada. Eran las 18:15 horas del día 11 cuando, según testigos, dos individuos arrancaron el sagrario del retablo del templo mientras estaba abierto al culto y, en menos de dos minutos, se llevaron al Santísimo, de un valor histórico de más de 60 años, aprovechando la reunión semanal de los párrocos. La Guardia Civil investiga este nuevo asalto a través de las grabaciones de las cámaras de seguridad para identificarles. El párroco, Juan Francisco Pérez, no oculta su indignación y aseguró estar convencido de que «esto es algo organizado». «Nos han robado lo más sagrado que tenemos y la gente está muy apenada, porque este Sagrario se repuso tras la Guerra Civil y la gente le tenía mucho cariño», explicó con pena el padre.
No es el primer episodio violento que sufre la iglesia. La pasada Navidad, al concluir la tradicional Misa del Gallo, prendieron fuego a la puerta del templo.
«Utilizaron 12 litros de gasolina para rociar la puerta de madera del atrio», que actualmente se encuentra pendiente de reparación y con un color negro que revela lo que sucedió aquella noche, que debía haber sido festiva. El altercado provocó importantes daños en la parte trasera y en las columnas de granito del edificio aunque, afortunadamente, los pirómanos no lograron llegar a mayores al saltar la alarma del templo. Los vecinos alertaron rápidamente al 112 que trasladó de inmediato la emergencia a los bomberos.
Ataques múltiples
Pérez aseguró que ésta es la tercera vez que se atenta contra una iglesia de Majadahonda. «Hace dos años hubo otro atentado en Santa Genoveva», apuntó. En julio de 2009 este templo fue objeto de un grave incendio. Esta vez los atacantes fueron más allá y colocaron siete artefactos explosivos en el tejado de la iglesia. Cada uno por dos botellas de dos litros de gasolina. Fue el fuerte olor a gasolina percibido por el párroco, durante la celebración de una de las misas de esa mañana, lo que permitió evitar una tragedia.
El padre David Benitez Alonso recuerda que hubo que desalojar la sala y continuar la misa en el exterior. «Podría haber ocurrido una gran tragedia, la iglesia estaba llena de familias con niños. Según nos informó la Guardia Civil estos artefactos estaban conectados con los conductos del aire acondicionado», añadió Benítez. Pero estepadre habla incluso de dos episodios anteriores más y sólo unos meses antes de la agresión. Esta vez, otro grupo rompió las puertas de la entrada.
Benítez reconoce que los devotos no tienen miedo, que estas agresiones a la Iglesia ha unido más a los fieles, y ya le han salido voluntarios para hacer turnos de vigilancia en el templo. Pero Majadahonda no ha sido el único municipio que ha sufrido ataques a sus iglesias. Muy cerca, en Pozuelo, en navidades del año pasado quemaron el altar de la Iglesia del Centro de Peregrinos de Schoenstatt. Los hechos sucedieron a altas horas de la madrugada, y al amanecer, las hermanas que lo regentan se encontraron varias fuerzas forzadas pero no se llevaron nada, ni el sagrario, esta vez gracias a que este se guarda bajo llave.


Un nuevo sagrario
Tras el robo del sagrario en Santa Catalina, el viernes 11, los feligrees majariegos sufrieron una gran conmoción. Mientras se aclara lo ocurrido, el alcalde del municipio, Narciso de Foxá, comunicó al párroco su intención de regalarle un sagrario. De Foxá mostró su indignación por lo que considera un «atentado que demuestra la falta de tolerancia de determinadas personas y una falta de respeto hacia los católicos». Pronto el gran vacío que dejó el robo, será llenado por el nuevo Santísimo.