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Cuando el moreno mata

El Melanotán, una sustancia ilegal para broncearse y que puede causar melanomas, llega a España

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Parece que existe una conciencia popular sobre los peligros del sol. Sobre todo, gracias a la campaña del Euromelanoma, organizada por la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), en la que un buen número de especialistas emprenderán varias acciones el próximo día 21 para realizar un diagnóstico de lunares y lesiones sospechosas a quien lo desee. Ahí van algunos datos alarmantes: 130.000 melanomas han sido detectados en todo el mundo y 37.000 personas mueren cada año. En Europa se ha descubierto un incremento de un 8 por ciento de nuevos casos en Europa, sobre todo en pacientes entre los 40 y los 60 años. De ahí la importancia de realizarnos revisiones periódicas, ya que, atrapado a tiempo, la supervivencia es del 90 al 95 por ciento.

Sin embargo, la fiebre por lucir un bronceado diez sigue sin tener límite. Tanto es así, que después de conocer una de las enfermedades del siglo XXI: la tanorexia u obsesión por el moreno, el doctor Luis Hueso, miembro de la AEDV, ha hecho saltar la alarma esta semana después de atender en el Hospital de Manises (Valencia) a un paciente que se había inyectado Melanotán. ¿La consecuencia? Una alteración y multiplicación incontrolada de los lunares del cuerpo con riesgo de que alguno pueda trasformarse en un melanoma maligno. Pero, ¿qué es esta sustancia?. «Se trata de un producto que, además de broncear, aumenta la potencia sexual y reduce el apetito. Es un análogo de la melanocortina, que induce la producción de melanina. A nivel dermatológico, estaría pensado para prevenir determinadas enfermedades dermatológicas, como algunas dermatosis fotoinducidas que se pueden activar con la exposición solar. También se podría utilizar para obtener un intenso bronceado sin exponerse al sol», afirma el experto, quien explica que esta no tiene por qué producir melanoma: «Lo que sí es cierto es que esta persona ha experimentado la aparición y transformación de nevus melanocíticos, algunos de ellos muy atípicos que hemos extirpado. El estudio histológico ha detectado lunares con un potencial de riesgo de transformación maligna, pero no ha desarrollado ningún melanoma». Para el doctor Julián Conejo-Mir, catedrático y jefe de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, «el máximo problema radica en que esta sustancia prohibida se encuentra en proceso experimental, que ni siquiera sabemos si sirve para realizar estudios clínicos en humanos». ¿Lo peor? «Su venta ilegal en internet y en el mercado negro. Yo tengo una percepción:¿quién te dice que esta persona que se ha pinchado Melanotán no haya llegado a este diagnóstico por tomar demasiado el sol. Aún no se sabe si produce cáncer, no debemos alarmarnos», sentencia el presidente de honor de la AEDV. El doctor Hueso alerta, por su parte, de la importancia de no comprar productos en la red, «donde no están sujetos a ningún tipo de control».


«Natural y saludable»
Pero la polémica va más allá, ya que el Melanotán, que se descubrió en los años 80 en la Universidad de Arizona, es el secreto mejor guardado entre los culturistas y, al parecer, se comercializa de manera ilegal en algunos gimnasios. En varios foros, sobre todo destinados a este deporte, los participantes parecen interesados por su uso y por su legalidad. Los proveedores en la red garantizan «la máxima calidad a buen precio», como si de caramelos se tratara. Y es que, con sólo teclear en google buymelanotanii.com, los posibles consumidores que caen, al parecer jóvenes obsesionados por su físico, pueden adquirir un frasco de 10 ml por 45 dólares; o de 30, por 112, 50; en www.extrem-fitness.net, 10 ml, por 85 dólares; y www.melanica.com/productos, los 10 ml cuestan 29,99 y el bote de 30 más otro de agua destilada para diluir la sustancia, 79,99. Éste último, se trata de un sitio web que asegura que el Melanotán II «es saludable y natural. Lograrás el tono claro u oscuro que quieras sin los riesgos habituales. Es una oportunidad única para las personas que tienen problemas para broncearse».

En Estados Unidos y Reino Unido causa furor entre las féminas y las revistas «Time» y «Wired» se refieren a él como la «droga de las Barbies». «Daily Mail», por su parte, prefiere hablar de «la nueva generación de tanoréxicos».

Así las cosas, ¿cómo lucir un buen color sin peligro? «Con un autobronceado. Y, segundo lugar, consumiendo betacarotenos, aunque su toma excesiva y la de antioxidantes, al parecer, también puede resultar nociva para la salud, además de teñirte de color butano al existir un aumento del contenido de caroteno en sangre», dice Conejo Mir.

Agustín Buendía, profesor titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, añade que él sólo receta a sus pacientes los productos con dihidroxiacetona (DHA), porque provoca una oxidación de la melanina que la oscurece, logrando una piel bronceada sin riesgos. La casa francesa Sothys, por ejemplo, propone el Soins Soleil Cellu-Guard con tres principios activos: DHA, que aporta un moreno uniforme; Eritrulosa, que garantiza que éste sea duradero; y Fosfolípidos de soja y glicerina, que resultan muy hidratantes (35 euros). Y Natura Bissé propone un tratamiento de limpieza, tanto facial como corporal, que culmina con la aplicación de la crema Sun Defense Self Bronze. Sus ingredientes regeneradores y anti radicales libres previenen el envejecimiento cutáneo (180 euros aprox.).


Un peligro en la jeringuilla
- La letra pequeña advierte de los efectos secundarios del Melanotán: náuseas, perdida de apetito, con lo cual adelgaza, aumento de la líbido y enrojecimiento de la piel.
- Esta hormona sintética fue descubierta por un grupo de investigadores de la Universidad de Tucson (Arizona) en los años 80 para combatir los tumores de piel. Crearon un bronceado artificial para que protegiera al paciente del sol.
- Se trata de un inyectable que estimula la producción de melanina. También se vende en cajas de diez dosis para aplicar una por día hasta lograr el moreno deseado.
- Los especialistas también alertan de otro problema: el peligro de compartir jeringuillas.