Sevilla
A los pies de sus señorías por Lucas HAURIE
Sólo un ineludible compromiso laboral me impidió estar anoche en el homenaje que le fue dispensado en el hotel Inglaterra al juez Serrano, un ínfimo desagravio de cuantos lo admiramos (en mi caso, sin tener el gusto de haberlo conocido) después del atropello que le han infligido los comisarios políticos del TSJA. Hasta donde tengo noticia, la velada transcurrió plácida y sin incidentes, pese al encarnizamiento de una feminazi obsesa y su mascota licenciada en Derecho, que presentaron una denuncia para impedirlo. Se retrata quien intenta impedir a unos ciudadanos libres que cenen juntos y sería deseable que la Fiscalía respondiese «comme il faut» a esta pretensión a medio camino entre lo facineroso y lo paranoide. Como no caerá esa breva, tendrá don Francisco que seguir haciendo frente a este ejército totalitario, que para colmo está embravecido por su reciente (e injusta) condena. Un alto precio por cultivar el vicio de pensar por cuenta propia. Entre sus argumentos para impedir el acto, el abogado, al que no haremos la merced de nombrar, se revelaba como un futurólogo sin parangón al mostrarse «seguro» de que los comensales iban «a chocar frontalmente contra la Ley» e incluso «a ensalzar el maltrato». Adiós, Octavio Acebes. So tonto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar