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Quién cuidará a los niños y mayores del mañana

Si ahora el 27,5% de personas mayores demanda cuidados porque no pueden valerse por sí mismos, en el año 2050 se prevé que esa demanda llegue hasta el 46%. Pero ocurre que la mujer, que hasta ahora se ocupaba del cuidado de los dependientes, se va incorporando al mercado de trabajo y ya no puede realizar esas funciones; tampoco el Estado puede hacer frente a más desembolsos por la maltrecha situación económica, a no ser que cambie el sistema fiscal, es decir, que aumenten los impuestos; y suele ocurrir que las personas dependientes no son precisamente las que cuentan con más recursos para contratar servicios.

Josefina renunció a trabajar para cuidar de Álex, su hijo discapacitado
Josefina renunció a trabajar para cuidar de Álex, su hijo discapacitadolarazon

MADRID- Con este panorama, ¿quién se encargará de cuidarnos cuando seamos mayores? Ésta es precisamente la cuestión que plantea un estudio de la profesora del CSIC María Ángeles Durán, en colaboración con la Fundación BBVA, que analiza la contribución de ese «gigante escondido» que supone el trabajo no remunerado, es decir, el cuidado de niños, enfermos y mayores, entre otras actividades, que en un 80% de los casos recae ahora en la mujer. Sobre todo en aquellas que se encuentran en la franja de edad de los 50 a los 64 años.

Redistribución del trabajo
La investigadora estima que ese trabajo no remunerado representaría, ni más ni menos, el equivalente al 53 por ciento del PIB. ¿Cómo habría entonces que resolver el problema? «el desafío es tan grande que no cabría una única opción. En el futuro, lo que hemos ahorrado lo tendremos que gastar en servicios para que nos atiendan cuando seamos mayores y precisamente la vivienda que tenemos en propiedad puede ayudarnos a resolver ese problema que se nos planteará cuando llegue la vejez», explica Durán. Aunque otras soluciones pasan por una «redistribución» del trabajo, de tal manera que el hombre participe más activamente en la labor del cuidado a los dependientes, una tendencia que empieza a cambiar ligeramente, según constatan los datos del INE. Incluso los jóvenes, cuando son preguntados, «son más partidarios del modelo igualitario», dice la experta.

En su opinión, «el mercado tendría que ofrecer servicios eficaces y baratos a los que pueda acceder la mayoría de la población». Porque otra alternativa sería implicar más a los jóvenes en el cuidado de los dependientes, pero en España se da la circunstancia de que «la población joven cuida poco» y depende de la familia mucho más que en otros países de Europa, como por ejemplo Suecia, que cuenta con una importante red de servicios públicos para el cuidado de los más mayores o de los niños. En Alemania, se entiende que el cuidado de los niños corresponde a la familia y, sin embargo, no se considera que los jóvenes tengan obligación de cuidar a sus mayores. En España, en cambio, «faltan servicios en ambos extremos, pero el cuidado de los mayores se sigue viendo como una obligación de la familia».

En la última encuesta de empleo del tiempo del INE, correspondiente al año 2009-2010, se puede constatar que aunque la participación de la mujer en el trabajo remunerado había aumentado tres puntos y la del hombre había bajado en cuatro puntos, la diferencia del porcentaje de empleados remunerados sigue estando a favor de los hombres en un 38,7%, frente al 28,2% de las mujeres. En cambio, cuando se trata de trabajo no remunerado, la misma encuesta cifra en un 91,9% las mujeres que participan en él, frente a un 74,7% de los hombres. En tiempo, se estima que, como media, las mujeres españolas dedican dos horas diarias más al trabajo del hogar que los hombres.

La misma encuesta estima que los españoles dedicaban en 2010 una media de 49 horas semanales a cuidades personales, hogar y familia, categorías todas ellas integradas en el concepto de trabajo no remunerado.

Otro problema que aprecia la investigadora es que «no parece que la sociedad esañola sea consciente del alcance de sus transformaciones demográficas, pero la realidad es que existe una población envejecida que requiere cada vez más cuidados».

Ley de Dependencia
Según Durán, la Ley de Dependencia introdujo un cambio conceptual muy importante al contemplar la dependencia como una cuestión que nos afecta a todos. Generó muchas expectativas y fue muy ambiciosa, pero sus efectos fueron muy modestos y ahora, se ha topado con la crisis, no se calculó bien su desarrollo».

 

«He perdido mi mundo, pero no me quejo»
Josefina Saludes esla madre de Álex Moreno y se ha encargado de su cuidado desde que nació, cuando le diagnosticaron una enfermedad «rara», hace 22 años, que le ha convertido en dependiente de por vida. «Cada día me levanto por y para atender a mi hijo, no tengo vida privada. Si voy a la peluquería tengo que esperar a que venga mi marido. He perdido mi mundo y no tengo ni un día de descanso, pero no me quejo. Cada mañana, antes de pensar en mí misma reparo en que mi hijo necesita el desayuno y la medicación. Si estás mala, no tienes que pensarlo».