Cataluña

Los damnificados del Pirmi

Tres hermanas aún no han cobrado las ayudas y tienen que afrontar el pago de su alquiler n Están separadas y entre todas suman catorce hijos pequeños 

Los damnificados del Pirmi
Los damnificados del Pirmilarazon

BARCELONA- El retraso en el pago del cheque de las ayudas de la Renta Mínima de Inserción (Pirmi) está destapando todo tipo de casos de personas con graves problemas para pagar su alquiler o para poder comer. Gente que hizo cola durante toda la semana ante la conselleria de Benestar Social i Familia para intentar avanzar la llegada del cheque nominal con el que desde este mes cobran las ayudas, frente al antiguo ingreso bancario.
Uno de los casos que más destacan es el de las hermanas Carcajo, Irene, Antonia y Lidia. Las treces necesitan de estas ayudas y en los días de cola ante el departamento fracasaron en su intento. No consiguieron hablar con nadie de la conselleria y mañana volverán a coger tanda.
Antonia es la mayor de las tres y parece llevar la voz cantante en la familia. Tiene menos de 40 años, pero ya tiene seis hijos. «Mi principal problema es cuidar de los niños y pagar el alquiler, que es de unos 500 euros, y los tengo que pagar ya, estoy desesperada porque me puedo quedar en la calle en cualquier momento», explica a LA RAZÓN.
El problema añadido para Antonia es que, aparte de sus seis hijos, tiene que hacerse cargo de los tres pequeños de su hermana Irene. Es la menor de las tres y la tratan en un centro psiquiátrico, lo que le imposibilita poder estar encima de sus niños. Aturdida, parece confundida en la cola para las ayudas y se apoya todo el rato en sus hermanas. «Tengo que ir siempre al loquero, y estoy muy perdida», afirma.
La tercera hermana es Lidia, que tiene cinco hijos y también afronta cada mes el pago de 500 euros para el alquiler de su piso. «No doy crédito a lo que estamos viviendo estos días, no puede ser que no nos atiendan y tengamos que regresar el lunes aquí», lamenta.
Además de sumar catorce hijos entre las tres, todas estas hermanas están separadas y tienen que atender a su padre paralítico, en silla de ruedas. No son demasiado optimistas respecto a conseguir la ayuda en los próximos días y tampoco en que la situación de incertidumbre no se repita mes tras mes. «No sabemos si nos darán el dinero», lamentan.