París
La cámara en el escote que revela dónde miran los hombres
El "experimento"que ha hecho una joven francesa al colocarse una cámara en su escote no puede arrojar conclusiones más claras: tarde o temprano muchos de los hombres que se cruzan con ella, solos o acompañados, con mayor o menor disimulo, acaban fijando su mirada en el objetivo. Sus gestos no tienen desperdicio.
Es sin duda uno de los vídeos más divertidos de Youtube, y formó parte de la campaña de promoción de la película "Bon a tirer"("Hall Pass"). Comienza mostrando a la joven frente a un espejo y el lugar exacto del escote donde está camuflada la minicámara, el último y más estratégico de los botones, para que de esta forma todo el mundo, espías y testigos, se ponga en situación. La propuesta de la muchacha sugiere mucho, pero no muestra gran cosa. Y ahí está precisamente el quid de la cuestión.
A partir de entonces, sobran las explicaciones y comienza el desfile por las calles de París. Entre los viandantes, los hay quienes giran la cabeza de forma indisimulada (mirón número 1) o quienes incluso levantan la ceja en un gesto de admiración (mirón número 2). Ir acompañado de una chica no es impedimento tampoco para el ligero giro de cuello (número 8) ni para, en ocasiones, mirar y remirar, echar un primer vistazo, y dos ¡y hasta tres! junto a una novia que, ajena a todo, camina unos pasos por delante.
Especialmente tentadora es la cámara indiscreta para aquellos que comparten con la chica el estrecho espacio de un ascensor con los ojos puestos en el objetivo sin ni siquiera interrumpir la conversación (mirones 5 y 6), la atienden en una tienda (7) o le acercan el periódico que acaba de comprar en el kiosko (mirada 17).
Todo tipo de mironesA ninguno de ellos les cuesta mucho desplazar unos centímetros abajo el punto de enfoque, desde los ojos de la chica hasta los alrededores del botón indiscreto. Pero nadie alcanza tal grado de osadía como el taxista que maneja el retrovisor a su antojo en busca de su objetivo o el motorista que se asoma de arriba abajo, desde su privilegiado balcón, a las vistas que le ofrece la conductora parada junto a él.Y así hasta 30 miradas, 30 vistazos para demostrar viejas teorías y alertar a novias demasiado confiadas. Y todo con el propósito, bastante efectivo, por cierto, de promocionar la película "Bon a tirer"o "Hall Pass", en la que un hombre, aburrido de su matrimonio, decide buscar aventuras junto a un amigo. La cosa se complica cuando las mujeres de ambos se lanzan también a por sus propias conquistas.El vídeo toma como modelo uno similar que se hizo muy popular en internet en el que una cámara colocada en el trasero de una chica contaba cuántas personas se daban la vuelta para mirarlo. El título no podía ser más directo: "Una cámara en el trasero revela lo obvio".
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