Historia

Murcia

Buceo en México por Idoia Arbillaga

La Razón
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Chano Montelongo, reputado periodista, experto fotógrafo bajo el mar, responsable de expediciones de buceo por todo el planeta, me aconsejó que como buza no dejara de probar las inmersiones en los cenotes de México. Me puso en contacto con el gran Pepe Esteban, profundo conocedor de estas grutas y cavernas acuáticas que recorren el subsuelo de la selva de la Península de Yucatán. Con su excelente equipo penetramos en la selva hasta llegar hasta distintos cenotes. Su interior es de una belleza fantasmagórica y calma. Un sobrecogedor misterio de millones de años impregna las estalactitas, brillantes, que vas iluminando con tu foco cuando buceas. Estas cuevas, de las que se conocen 400 km. de laberínticas galerías, fueron alcanzadas por el mar en su origen. Es posible ver grandes caracolas fosilizadas de esa época. Durante un período de muchos siglos permanecieron secas, formándose entonces las bellísimas estalactitas calcáreas, en torno a las cuales, bribones aluxes –nuestros elfos- juegan a tirar de las aletas de algunos buzos que se sorprenden mirando hacia atrás sin ver nada tras su paso; son duendes ya referidos por los mayas, quienes los reprodujeron en piedra. Tras la glaciación se llenaron de agua dulce y así permanecen. Penetrar en un banco bombardeado y hundido en la II Guerra Mundial, cargado de tanquetas, motocicletas, camiones… fue impactante; sumergirme horas en estos cenotes, mientras arriba la selva se ve azotada por una tormenta caribeña, iluminando sus paredes de perfiles deslumbrantes y tortuosos, hizo que conectara con lo más puro de mi espíritu, y con lo más bello del planeta. Mágico México, mágica su gente. ¡Pero ojo con los traviesos aluxes!