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José Manuel Blecua: «Hay gente que no sabe hablar sin "vale"ni "tío"»

La Nueva Gramática de la Lengua Española se completa con la publicación del volumen de fonética y fonología«Nueva gramática. fonética y fonología»VV. AA. Espasa. 530 páginas. 39,90 euros

«es duro explicarlo pero el único camino para poder salir de la crisis es la educación», reconoce Blecua
«es duro explicarlo pero el único camino para poder salir de la crisis es la educación», reconoce Blecualarazon

MADRID- La última parte de la Nueva Gramática de la Lengua Española corresponde a la fonética y la fonología, que es donde están los aspectos orales del idioma, con su caudal de matices, sugerencias y de informaciones implícitas. Un libro que es mucho más. Una obra, con una «visión sincrónica y diacrónica», que incluye la teoría, un curso de autoaprendizaje de fonética y un DVD con todos los sonidos del español en los diferentes países. José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española y responsable de este volumen, resaltó durante la presentación su carácter «panhispánico». «No existe otro manual tan extenso, completo y moderno».

-¿Qué rasgos socioculturales influyen en el hablante?
-El hablante no es consciente de la fonética. Sí del léxico y la sintaxis. De la fonética es más difícil porque los procesos son automáticos. Percibe las diferencias. Que hay partes donde se «sesea» y otras, en las que no. Áreas de «elle» y otras, no. Distingue la entonación, que el argentino habla distinto del mexicano. Cualquier hablante escucha una cinta y sitúa por la voz al hablante.

-La «d» intervocálica desaparece.
-En algunas partes. En otras áreas fuertemente conservadoras consideran un despropósito perder esa «d», como en Argentina o Cataluña. Pero los presidentes de Gobierno la pierden. En general todo depende de dónde has nacido. Y si existe consciencia de esa pérdida. Muchas veces, los propios sujetos tienen polimorfismos, la dice y la pierde. Hoy decir «cansao» está asumido.

-¿Otros fenómenos?
-La «l» y la «r», en unas regiones de pronuncia de diferente forma. La confusión entre ellas se considera normal, como en Puerto Rico, donde se puede escuchar «amol». En cada área, luego hay estimaciones distintas. Hay pronunciaciones estigmatizadas, como la de la «d» en Cataluña . Por eso es difícil establecer una norma para el español para extranjeros.

-¿Algo más?
-Suelen ser procesos dinámicos. Algunos están en marcha. El yeísmo que arranca de las ciudades. Es un proceso urbano que se extiende por el campo. La desaparición de la «s» aspirada, como la «ese» en «mosca». En Madrid se extiende el laismo. También hay muchos procesos de selección léxica. Es donde la moda tiene más fuerza: «Las sensibilidades de los partidos», por ejemplo, cuando los partidos no tienen. Lo que tienen es tendencia. Como un partido no debe tener tendencia, se dice sensibilidad. Los medios de comunicación, los que lo extienden o lo crean, otras veces.

-¿Algo negativo?
-Las muletillas se extienden, como «vale». La gente no sabe hablar sin «vale» y sin «tío». «Tío» aparece en todas las frases y «vale», por lo menos una vez en cada una de ellas.

-Ha recibido el Premio Atlántida, que concede el Gremio de Editores de Cataluña?
-Sí, me ha hecho mucha ilusión. Lo he recibido por la dedicación a la lengua y la lectura, y por la defensa de la propiedad intelectual. Ha sido muy emocionante. Ahora ellos están preocupados. Cierran librerías y quioscos. Y se ha pirateado el último de Carlos Ruiz Zafón, que es algo tremendo.

-¿Qué opina de la piratería?
-No afecta a la literatura, pero sí a la industria. La estructura económica y comercial del libro es muy compleja y si hay un descenso por eso... afectará a la imprenta, la encuadernación, las librerías.

-¿Y si desaparecen las librerías?
-Eso es muy preocupante, porque las librerías de barrio han creado muchos lectores. Son piezas fundamentales en la difusión cultural. Puede ocurrirnos como en EE.UU., donde prácticamente no existen en las capitales. Las han sustituido por supermercados que venden «best -seller» y la compra por correo. Pero una librerías es algo más que un sitio donde se compran libros. Un librero es una persona que aconseja.

-La crisis económica está afectando a la cultura.
-La dimensión económica de la lengua también está en la cultura, no sólo en el carácter utilitario de la lengua como instrumento de comunicación. Está en la vía artística y literaria. Y ese aspecto puede salir dañado ahora, porque la gente deje de comprar porque no le llega para el piso, la hipoteca o para comer.

 -¿Recortar en cultura es una mala inversión?
-Por supuesto. Para un país puede ser dramático. Es muy duro de explicar, pero el único camino para salir de la crisis es la educación. Hay que decirle a la gente que hay que aguantar veinte años para formar algunas generaciones, pero es verdad. No hay otra forma para superar la crisis. Ha habido un abandono de la enseñanza. Ese 30 por ciento de chicos que han dejado la ESO. Un índice de lo que iba a venir. Una generación bien formada ayuda a superar la crisis. Pero es un proceso lento, duro, y cuesta dinero.

 

Balance de un año al frente de la RAE
Hace un año, José Manuel Blecua fue elegido para dirigir la Real Academia Española. «Lo más interesante ha sido el descubrimiento de la RAE por dentro. Conocía la administración, la secretaría, pero no elementos como la relación con América o la Fundeu. Sobre todo, América. No se puede hacer una gramática, una ortografía o un diccionario sin América. Es muy difícil», asegura. Para estrechar el conocimiento entre las dos orillas del Atlántico se quiere desarrollar ahora una red informática con videoconferencias y recursos compartidos que permitan elaborar trabajos más precisos. No es el único proyecto. La RAE publicará la gramática y la ortografía básicas, impulsará en la web el Diccionario Histórico y queda por delante la nueva edición del Diccionario Panhispánico.