El logopeda de ZP

Obama ya tiene problemas con los americanos, que temen que Libia sea un nuevo Irak o Afganistán y no desean enfrentarse con otro país islámico. Los americanos saben algo que no sabemos los españoles: que las guerras tienen consecuencias trágicas, las declare quien las declare. Quienes tuvieron claro en nuestro país que el 11-M fue una reacción del integrismo islámico contra la posición española en la guerra de Irak, deberían pensar ahora que meternos en el jaleo libio es algo que puede acarrear semejantes efectos. No imagino a los terroristas haciendo distingos entre Aznar y Zapatero, ni a Al Qaida feliz porque esta intervención bélica en Libia lleve el sello de la ONU que no llevaba la de Irak.

Lo malo de no querer llamar «guerra» a una guerra, como hace Zapatero con la cuestión libia y como hizo con Afganistán, es que nos niega el derecho a estar informados del peligro que corremos. Zapatero está teniendo los mismos problemas que tuvo el rey Jorge VI para leer el discurso de la declaración de guerra a Hitler. Como en la película «El Discurso del Rey», el presidente necesita un logopeda que le ayude a llamar a las cosas por su nombre.