Francia
Un documento de ETA señala al PP como «saboteador» de las negociaciones
MADRID-El principal enemigo de ETA es el pacto antiterrorista entre el PSOE y el PP, según documentos del «aparato político» de la banda a los que ha tenido acceso LA RAZÓN. «Los dos partidos que tienen la opción de gestionar el Estado han conseguido la unidad en la estrategia contra la Izquierda Abertzale y ETA. Esta unidad no se basa en pactos públicos, sino en la apuesta de acabar con la Izquierda Abertzale».Del contenido de estos documentos, que se incautaron a mediados del año pasado y que, según los expertos, siguen plenamente vigentes, no se deduce que para la banda sea una prioridad acometer una nueva negociación con el Gobierno. Al menos, hasta que no pueda demostrar una significativa fuerza «militar» mediante una oleada de atentados. Los terroristas se muestran desconfiados sobre las posibilidades de entablar conversaciones con el Gobierno o el Partido Popular: «Pueden estar buscando un segundo proceso en el cual, tras lograr la primera apuesta, estando la Izquierda Abertzale condicionada, estaría dirigido a un proceso técnico de humillación».ETA considera que el PP jugó un «papel saboteador» durante las últimas negociaciones entre el Gobierno y la banda. «Utilizó a su partido y su fuerza mediática. En algún momento el PP llevó al PSOE a estar contra las cuerdas. Aunque el PSOE tuviese escasa voluntad política, limitó su capacidad de maniobra».Los terroristas se quejan de que en España hay «una falta de cultura y un problema gordo de fascismo social» frente a lo que ocurrió en Irlanda: «Antes del proceso, en las encuestas la mayoría de los británicos aparecían a favor de la independencia».La publicación ayer de una información sobre una supuesta vía de negociación entre el Gobierno y ETA, provocó tensión entre el Gobierno y el PP. Una buena noticia para los pistoleros, que consideran que lo peor que les ha ocurrido es la unidad de socialistas y populares en al lucha antiterrorista, hasta el punto de «anular la estrategia político militar o convertirla en inviable».En las reflexiones sobre los errores cometidos durante el fallido proceso de negociación, ETA subraya que no supo valorar la importancia de la operación que contra su «aparato de logística» se llevó a cabo en Francia en octubre de 2004, gracias a la información aportada por la Guardia Civil. «Le dimos más importancia a la facilitación y agilización del camino para que el gobierno de España entrara en un proceso de negociación, que al reforzamiento de la posición de fuerza que tenía que tener la Organización en un proceso de negociación».Los «analistas» de ETA insisten en el daño que les hace la política antiterrorista: «Imposibilidad de influir en la situación política mediante acciones armadas; notable desequilibrio entre la estrategia represiva integral del enemigo y la línea armada, y dificultades para marcar los momentos políticos importantes».
Capacidad superadaPor lo que respecta a Batasuna, los efectos del pacto PSOE-PP también se subrayan. Señalan que, tras la ruptura del alto el fuego, «la izquierda abertzale interiorizó que tenía que prepararse para responder a la duradera ofensiva represiva que sufriría. Y aunque en un nivel se le ha respondido, la durabilidad y el tamaño del ataque general ha superado su capacidad de reacción ». «En cuanto a la lucha armada se puede decir que se han intensificado las dudas (...) El Estado ha proyectado que es capaz de neutralizarla. El Gobierno ha afianzado su posición en una frase: "Con el terrorismo no habrá política", con el objetivo de cortar de raíz la estrategia político militar», admiten.
Falta de disciplinaLos cabecillas de ETA se quejan de que el mensaje del Gobierno de «votos o bombas» ha calado en su brazo político, hasta el punto de que se ha «interiorizado que el enemigo ha conseguido la victoria». - Disciplina interna Los jefes de la banda critican la «tendencia de los militantes a tomarse muchas licencias para opinar sobre lo que debería ser la línea armada». Por ello, exigen confianza y lealtad «hacia la unidad de dirección»; es decir, a la propia ETA.
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