ETA

ANÁLISIS: Un triunfo del «aparato político» por Jesús María ZULOAGA

El «aparato político» de ETA, que, junto con el llamado «militar», son los que mantienen una cierta operatividad, se ha apuntado un gran tanto.

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En un momento en el que la banda se encontraba bajo mínimos, se le ha dado un balón de oxígeno. En el mundo del separatismo vasco de carácter radical y violento, todos saben quién ha llevado la batuta de este «proceso». Se mueren de risa, cuando leen que Batasuna ha impuesto sus tesis sobre las de los pistoleros. El asunto es de una extrema gravedad porque, pase lo que pase, a ETA ya se le ha pagado un precio político a cambio de un alto el fuego que puede romper cuando quiera, siempre después del 22 de mayo.

Los cabecillas del «aparato político», que trabajaban desde 2007 (al finalizar la anterior tregua) en el diseño de la gigantesca trampa que les ha permitido estar en las elecciones, han sabido jugar con las ambiciones políticas de algunos. Transmitieron, directa o indirectamente, da igual, que estaban cansados de la «lucha armada»; que lo querían dejar; que era el tiempo de las «vías pacíficas».

Para escenificar mejor la farsa, montaron un debate interno, en el que «perdieron» los pistoleros frente a los «otegis», «usabiagas», «rufinos» y demás «batasunos». Era la victoria de los «políticos» frente a los «militares». Y, a partir de ahí, se supone que con recta intención (porque si no...), dirigentes socialistas, miembros del Gobierno y analistas afines empezaron a repetir machaconamente que el final de ETA estaba cerca. No les faltaba razón si se hubiera mantenido la política antiterrorista en la que, bajo ningún concepto, cabían concesiones a la banda o su entramado.

Se ha hecho trabajar hasta la extenuación a las Fuerzas de Seguridad para que prepararan informes destinados a la Fiscalía y la Abogacía . El Tribunal Supremo dictó una resolución basada en esos datos. Parecía incuestionable, aunque el fantasma de la cesión asomara detrás de las togas. Que tengan cuidado los que han tomado la decisión de dejar pasar a Bildu, no vaya a ser, Dios no lo quiera, que alguien, en circunstancias dramáticas, les quiera echar a la espalda una carga que no es sólo suya.

¿Alguno de los que, del lado de la Constitución y las instituciones, han participado en todo este asunto se ha parado a pensar un minuto cuánto valen los debates internos, los supuestos «compromisos», buenas intenciones, o lo que sea, a partir del 22 de mayo, una vez que ETA haya consolidado su «Frente Institucional», con la elección de alcaldes, concejales y parlamentarios?.

Ese día comenzará la carrera electoral hacia las generales, en las que la banda y su entramado no tienen el más mínimo interés, salvo por el periodo que se abre para poder presionar al Gobierno. Los comicios autonómicos vascos, salvo que se adelanten, no se celebran hasta 2013 y los terroristas disponen de mucho tiempo, demasiado. Sus métodos, son conocidos.