Andalucía

Balance triunfalista de la Junta que no garantiza que baje el paro en 2011

Cambio de postura. La titular de Presidencia, el pasado 15 de septiembre: «Somos capaces de todo».

La consejera de Presidencia, Mar Moreno, compareció ayer ante los medios de comunicación en el Palacio de San Telmo
La consejera de Presidencia, Mar Moreno, compareció ayer ante los medios de comunicación en el Palacio de San Telmolarazon

SEVILLA- La consejera de Presidencia, Mar Moreno, hizo ayer balance de 2010, el año más duro de la legislatura y probablemente entre los más difíciles para el Ejecutivo socialista de las últimas tres décadas. Las protestas de los funcionarios por la polémica reordenación del sector público; los problemas internos en el PSOE, que derivaron en la celebración del Congreso extraordinario de marzo y en una nueva crisis de Gobierno; la fusión fallida de las cajas andaluzas; o el paro galopando monte arriba cada mes, han marcado doce meses voltaicos. Tanto es así, que el presidente José Antonio Griñán estaría a un paso de hacer mudanza en San Telmo si hoy se celebraran elecciones. Así lo marcan todas las encuestas. Incluso las oficiales.

Acorde al guión, el resumen que ofreció Mar Moreno fue claramente triunfalista. Sin embargo, dijo que ha habido «luces y sombras» y entre estas últimas destacó la situación del desempleo en la comunidad que, según la EPA, supera holgadamente el millón de parados y, atendiendo a los últimos datos del Inem del mes de noviembre, ha roto el larguero de los 900.000. Lo que no garantizó la «número dos» del Ejecutivo es que el próximo año se invierta esta tendencia. A la pregunta de si bajará el paro en 2011, se limitó a contestar que el Gobierno andaluz está afanado ahora en cambiar el signo de la economía tras un año que ha cerrado en recesión. Para ello hay en carga una batería de medidas económicas, muchas de las cuales se anunciaron el pasado mes de junio. «Tenemos nuestra esperanza en que en 2011 se invierta el signo económico y, a partir de ahí, a un ritmo moderado, las previsiones son que a finales del año se pueda cambiar también el signo de destrucción de empleo, pero todas las previsiones son moderadas». Esta cautela contrasta con el brío optimista con el que arrancó la titular de Presidencia en el primer Pleno tras las vacaciones estivales. Entonces –el pasado 15 de septiembre– dijo: «Sabemos que somos capaces de todo, por esto vamos a por un 2011 en positivo». Ese mismo día, en el Parlamento, detalló todo un rosario de indicadores que apuntaban a un probable despegue económico el próximo año, como el crecimiento encadenado de la economía en los dos trimestres del año –después cayó el tercero a números negativos–, el aumento en las exportaciones o la creación de sociedades mercantiles. Ayer pasó de puntillas sobre estos signos vivos de la economía. Se limitó a reseñar sólo algunos y, al final de su intervención, como el repetido crecimiento de las exportaciones o el menor aumento del paro respecto a 2009.

Pautó la titular de Presidencia el balance en cinco puntos. Primero, la defensa «a capa y espada» de las políticas sociales, una «línea roja» que la Junta no está dispuesta a pisar pese a las dificultades económicas. Segundo, la actitud exigente respecto al Gobierno de España para velar por los intereses de Andalucía, destacando la liquidación de la deuda histórica o la vinculación de las inversiones al peso poblacional. Tercero, que Andalucía es la comunidad que más dinero ha movilizado para hacer frente a la crisis. En cuarto lugar, el «ejemplo de seriedad y buena administración de las cuentas públicas». La comunidad, señaló, ha tenido un «comportamiento ejemplar en la contención del gasto». Y, por último, que el Ejecutivo andaluz ha «marcado la iniciativa autonómica en el conjunto del país». Y puso como ejemplo las leyes locales o la reforma del SAE.


Primó el criterio de «solvencia» en la fusión de las cajas
La consejera de Presidencia olvidó en su balance del año mencionar el proyecto frustrado de fusión de las cajas de la comunidad y tuvo que ser a preguntas de los periodistas cuando Moreno hizo referencia a este asunto, marcado por la intervención de Cajasur, las alianzas de Cajasol y CajaGranada con entidades fuera de Andalucía y, en definitiva, el entierro definitivo del proyecto lanzado por Chaves en 1999 y retomado por Griñán de crear una gran caja andaluza. En este sentido, aseguró que «el Gobierno no puede decidir por sí mismo el futuro de las cajas de ahorros y, por tanto, ha faltado el consenso necesario entre los partidos que tienen representación en las cajas». Asimismo, señaló que «en plena crisis la batuta en materia del sistema financiero ha estado en manos del Banco de España, que ha predominado los criterios de solvencia y solidez del sistema financiero andaluz sobre los criterios territoriales». Es un proyecto, apostilló, que «no lo puede aprobar el Consejo de Gobierno por decreto».