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El Festival Temporada Alta Premio Max de Nuevas Tendencias

El Festival de Otoño de Cataluña Girona/Salt Temporada Alta ha obtenido el Premio Max 2012 de Nuevas Tendencias, una de las cuatro estatuillas que se entregan por designación directa, según ha informado hoy el comité organizador de este galardón de artes escénicas.

"Espero que este premio nos ayude a ser más conocidos en el resto de España", ha dicho a Efe el director del certamen, Salvador Sunyer, que considera paradójico que Temporada Alta "tenga reconocimiento en Cataluña, Europa y ciertos países de Latinoamérica, como Argentina"y, sin embargo, tenga "poca repercusión mediática en España".


A pesar del premio, Sunyer está convencido de que este año va a tener que organizar el festival con un 30 % menos de presupuesto. "El dinero que ponía la Unión Europea no lo va a poner nadie", ha asegurado el director del festival, que ha contado hasta ahora con una subvención de la Unión Europea prevista para tres años que ha tocado a su fin. Este duro recorte "es grave pero no dramático", según Sunyer, que pretende "aprovechar la crisis para dibujar el festival que nos gustaría tener dentro de seis u ocho años". "Hay que podar las ramas que puedan ser más superfluas y reforzar aquello que queremos que se vean más", ha añadido el director.


El resultado será "un festival destilado, con menos público y menos espectáculos, pero igual de largo y de interesante", según Sunyer. "Reforzaremos la autoría y seguiremos trayendo obras de fuera y llevando las nuestras al extranjero", ha asegurado el director, que quiere mantener el carácter internacional del certamen incrementando las sinergias con otros festivales y teatros.


"Hace cinco años era impensable que 20 coproductores financiaran una obra. Hoy en día es muy factible porque la crisis afecta a toda Europa y todos buscan complicidades", ha señalado.
En este sentido, Sunyer ha matizado que "la crisis afecta a todo el sector cultural europeo, pero es especialmente grave en España, porque partíamos de estructuras más débiles construidas desde el inicio de la democracia". "España se está convirtiendo en un páramo cultural", ha lamentado este hombre de teatro, que teme "la desertización", pero que no tiene intención de tirar la toalla.