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La UE da por zanjada la crisis financiera y busca crecer
Los países se imponen deberes para estimular la economía
BRUSELAS - La UE dio ayer por superada la crisis financiera que ha azotado durante el último año a sus miembros y destacó la necesidad de centrar todos sus esfuerzos en atacar el deterioro de la economía real, que este año dejará a nueve países de la zona euro en recesión y estancados a los 27, según las últimas previsiones de la Comisión Europea.
En la primera cumbre desde hace más de un año que no se ha encargado de buscar medidas para salir de la agonía de la crisis de la deuda o para alejar del precipicio a Grecia, los jefes de Estado y de Gobierno intentaron centrarse en diseñar un plan para impulsar el crecimiento y, en especial, crear empleo. Aunque a primera hora de la mañana 25 de ellos –todos, menos los líderes de Reino Unido y República Checa– rubricaron oficialmente el futuro «Tratado sobre la estabilidad, la coordinación y la gobernanza en el seno de la Unión Económica y Monetaria», las conclusiones finales acordadas ponen de relieve su preocupación sobre la economía real. Entre los deberes, terminar el mercado interior y eliminar trabas comerciales, impulsar la denominada Agenda Digital reduciendo el coste de la banda ancha, poner fin a las trabas administrativas y liberalizar mercados como el de los servicios y la energía.
A juicio del presidente francés, Nicolas Sarkozy, la UE está «pasando la página de la crisis financiera que habría podido llevarse por delante la zona euro y toda Europa». «La estrategia que hemos puesto en marcha está dando frutos. El nivel de tipos de interés al cual los Estados piden prestado dinero en los mercados ha recuperado el nivel de antes del verano de 2011», dijo Sarkozy, citando los casos de Italia, España, Irlanda y la propia Francia. Lo cierto es que la estrategia de inundar el mercado con liquidez a bajo precio en diciembre y febrero por parte del BCE ha permitido rebajar los tipos de interés que pagan los países de la eurozona para colocar su deuda y está dando cierto margen de maniobra para la recuperación, que, sin embargo, no se espera hasta finales de año. También el primer ministro italiano, Mario Monti, celebró que después de dos años los líderes europeos dediquen una cumbre al crecimiento y no al drama. «Precisamente porque ahora hay menos tensión respecto a algunos problemas relacionados con el euro, ha sido posible que nos centremos en la necesidad de reformas estructurales para el crecimiento», planteó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. En opinión de la canciller alemana, Angela Merkel, se ha abierto «una nueva etapa» en la salida de la crisis, pero no supone su final, por lo que reclamó «demostrar al mundo que puede confiar en el euro» porque «respetamos las reglas». «Los próximos dos años son tan decisivos como los dos que han pasado», advirtió. «Estamos en una situación muy frágil. Las aguas se han calmado, pero todavía no estamos fuera de peligro», dijo la siempre austera, incluso en momentos de alegría, canciller alemana.
La rúbrica de los jefes de Estado
Todos los líderes de los 27 países miembros, excepto Reino Unido y República Checa, firmaron ayer el «Tratado sobre la estabilidad, la coordinación y la gobernanza en el seno de la Unión Económica y Monetaria». En la imagen, las firmas de Mariano Rajoy, Nicolas Sarkozy y Mario Monti.
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