«Acudimos a las leyes para dejar de pensar»

–¿Por qué la responsabilidad es una materia jurídica tan desconocida ?
–La necesidad de generar una mayor sensibilidad jurídica ya desde el propio sistema educativo resulta evidente. Se convive con el derecho permanentemente sin conciencia de ello.

–¿Hay alguna diferencia entre responsabilidad y derecho?
–La responsabilidad es la esencia del derecho. Si no hubiera consecuencias por generar un daño, por incumplir un contrato, o por vulnerar una norma, el Derecho sería una mera recopilación de propósitos.

 –¿Qué tipo de lector busca?
– Cualquiera. También alumnos de derecho y juristas por el debate que propongo sobre la responsabilidad sin culpa que se extiende como una mancha de aceite.

 –¿Qué responsabilidad jurídica tendrían los empresarios en la crisis?
–Cuanto mayor es el peligro mayor debe ser la cautela. Igual que un administrador ha de tener conocimientos sobre finanzas, debería también tener nociones de los riesgos y también de las oportunidades que genera el actual tratamiento por la normativa y los tribunales de la responsabilidad jurídica.

–Su visión es algo pesimista.
–La globalización, que requiere unidad de mercado mal convive con leyes dispares en desbocada inflación y cambio, generadas por legisladores con ámbitos y competencias que se entrecruzan; la UE y nuestro propio Reino son ejemplos paradigmáticos. La concentración de un enorme poder en los reguladores haría levantar de la tumba a Montesquieu. Contamos con una administración de justicia carente de medios para asumir el brutal incremento de conflictos y que hace lo que puede gracias a unos sacrificados jueces que, hoy por hoy, son la única esperanza. Las leyes pretenden decirnos cómo actuar en todo y nos llevan a considerar que lo que no está prohibido, está permitido.

–Por tanto, ¿en qué situación nos encontramos?
–Hemos dejado de aplicar el sentido común y olvidamos ese semáforo interno que nos ha de indicar lo que está bien y lo que está mal. Como dicen voces de la mayor autoridad: impera el relativismo, y qué duda cabe que éste arrastra al derecho. Estamos en un momento en el que se necesitan aportaciones desde la filosofía del derecho que impregnen el entramado jurídico. No se puede ser optimista cuando no se es socialmente consciente de todo lo que nos jugamos con este estado de cosas.