Sevilla
Libros de texto para adoctrinar a los alumnos
Podría decirse que, dentro de unos límites, las editoriales de libros de texto tienen la posibilidad de elegir qué contenidos se enseñan y cuáles no según en qué comunidad estudien los alumnos.
Siempre han de respetar, según el Real Decreto de enseñanzas mínimas, unos porcentajes que marca el Ministerio de Educación: el 55 por ciento para las autonomías con lengua cooficial y el 65 para el resto. Es decir, que en Cataluña o el País Vasco, por ejemplo, hay un 45 por ciento del temario que puede ser completamente distinto al que estudia un niño en Madrid o Sevilla, según la elección de los editores que luego ofrecen esos libros a los profesores que, al existir la libertad de cátedra, decidirán cuál se adapta mejor a lo que quieren enseñar a sus alumnos, tal y como explican desde la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele).
Así que no es de extrañar que muchos alumnos vascos hayan estudiado las siete provincias de Euskal Herria, (en las que se incluye a Navarra), aprendan los topónimos españoles traducidos al euskera, conozcan hechos históricos como el descubrimiento de América a través de la participación de personajes autóctonos. O, incluso, que no se les enseñe prácticamente nada sobre la Constitución Española o la figura del Rey y sí sobre el Estatuto de Guernica. En esta comunidad, el Festival de San Sebastián es el acontecimiento más relevante de 1978, año en el que se aprobó la Carta Magna. En la mayoría de los casos no se trata de mentiras o falsedades, sino de cambios o supresiones que se acercan a los ideales de los gobiernos regionales y ensalzan lo «propio». Como en Cataluña, donde muchos niños han estudiado Historia en 1º de Bachillerato con un libro de texto en cuya portada aparece Francesc Macià proclamando la República catalana el 14 de abril de 1931.
Incluso una web educativa de la Generalitat de Cataluña presentaba a varias comarcas orientales de Aragón como la «Cataluña occidental», incluyéndola dentro de los «Países catalanes». Eso sí, en algunos casos, no se acepta cualquier contenido, como ocurrió el mes pasado cuando el Tribunal Superior de Justicia de Navarra apoyó la retirada de la financiación a las editoriales que elaborasen manuales en los que se incluyese a Navarra en Euskal Herria. El motivo: Presentan contenidos «totalmente distorsionadores». Ejemplos hay cientos y de todo tipo. En Baleares varias asociaciones de padres denunciaron la catalanización de los libros que, entre otras cosas, enseñaban los símbolos y tradiciones de Cataluña.
Ensalzar lo «propio»
Un caso de que lo «propio» importa más que lo general queda claro en un libro de Historia de 1º de Bachillerato de Cataluña. En su portada aparecía Francesc Macià proclamando la República Catalana en 1931. También en el País Vasco, por ejemplo, el Festival de San Sebastián es el acontecimiento más destacado de 1978, año en que se aprobó la Constitución.
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