Artistas
«Muchos amigos se quedaron en el camino por las drogas»
Es el actor más valorado en el mundo del porno y el más polifacético, no sólo dentro, sino también fuera de la pantalla: atareado productor, ha hecho sus pinitos en la música, es dueño de un restaurante en Formentera, buen padre, amante... Y todo lo hace con una desbordante seguridad que a veces, afirma, le hace perder las formas. Hoy, Nacho Vidal o, mejor dicho, Ignacio Jordá, hace repaso de sus 17 años de carrera.
-¿Cuál es su rutina en los rodajes?
-Suelo hacer dos películas al mes, y las ruedo en dos semanas. Me levanto a las siete de la mañana, doy el bibe a los niños, voy al gimnasio... Llevo una vida muy familiar, la verdad.
-Ese cuerpo hay que mantenerlo. ¿Cumple igual en el gimnasio que en el cine?
-Ahora estoy recuperando un poco más el físico y voy todos los días. Cuando tengo que rodar, paso el mes entrenando.
-Es un trabajo que requiere mucho esfuerzo físico. Y con lo lejos que va a quedar la jubilación, no sé si se ve a los 67 años ejerciendo...
-A esa edad no tendría que seguir con esto (risas). Es un trabajo muy físico, pero también mental, y llega a estresar. La edad pasa factura, y obviamente tengo otras cosas en la cabeza aparte de sexo.
-¿Alguna herida de guerra?
-Sufrí un accidente de moto rodando la escena de una película hace unos diez años. Me partí el brazo izquierdo y tuve la mala suerte de que me cortaron un nervio que no debían y he perdido algo de sensibilidad. También me rompí el brazo derecho por otra caída en la que se me cruzó un niño.
-¿Repercutió en su vida laboral?
-No exactamente, pero tuve que ir durante unos cuatro meses a rehabilitación y cada vez noto más cosquilleo en esa mano. No sé, es una sensación bastante extraña.
-¿Qué chequeos debe hacerse de forma rutinaria?
-El «full test». Incluye de todo: herpes, hepatitis, gonorrea... Nos lo hacemos una vez a la semana.
-¿Se pierde fondo con la edad?
-Antes corría 12 kilómetros al día y ahora sólo dos.
-¿Sigue algún tipo de dieta?
-No. De hecho, acabo de merendar fuet con pan. ¿Qué tipo de dieta es ésa?
-Sin embargo, en su restaurante de Formentera, que tiene desde hace seis años, sí que se come sano.
- Sí. La especialidad es el pescado y los arroces.
-Además del fuet, ¿hay algún vicio culinario sin el que no pueda pasar?
-Sí, el sushi. No puedo pasar sin probar el sushi.
-¿Tomaría Viagra si la ocasión así lo requiriera?
-Hasta la fecha no me hace falta, y toco madera, pero si lo tuviera que tomar, te aseguro que no me quedaba con «eso» blando.
-¿Le pasó factura la etapa en la que consumió drogas?
-Las he consumido como cualquier chico que experimenta con algo, como cualquier hijo de vecino, vamos. Pero, afortunadamente, no me pasaron factura. Las drogas fueron una forma de experimentar cosas que jamás habría experimentado en otras circunstancias. Y he tenido bastante suerte, porque muchos amigos se han quedado en el camino por hacer el bobo, pero yo no me he enganchado a nada.
-¿Qué opina de la práctica del Tantra?
-Es una maravillosa filosofía. La practico cuando puedo. Ahora estoy más metido en el taoísmo, que es un poco más espiritual, y tampoco es que sea un experto, pero he hecho algunos cursillos que me han servido bastante.
-Se ha hablado en alguna ocasión de su retirada. ¿Llega a aburrir su trabajo?
-La verdad es que últimamente me parece aburridísimo. Y no es que esté pensando en la retirada, pero llevo 17 años haciendo esto. Y ya no soy Nacho Vidal, soy Ignacio Jordá, y hago más cosas. Porque en total trabajo unos cinco días al mes. Me quedan otros 25 para estar y disfrutar con mi familia, viajar, pasar tiempo en el restaurante... hago mucho más.
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