Historia
Dejadez y avaricia
Tiene razón Mijail Gorbachov: la alianza entre políticos y hombres de negocios es siempre destructiva y a menudo corrupta. Es la vieja historia que se repite: La avidez y ruindad de unos y la irresponsabilidad de otros, que se dan la mano. Digámoslo claramente: Pocas alianzas del mal mayores que ésta. Para empezar, la causante de que el crecimiento económico de estas últimas décadas haya beneficiado de manera desproporcionada a los más ricos de la sociedad del hartazgo. Llama la atención–y mucho– que se cacareen a toda hora ajustes y reajustes y nada se diga de replantearse los fundamentos de este modelo socioeconómico que tantos quebraderos de cabeza y desgarros nos está provocando. No sé a ustedes, pero a mí, me sigue pareciendo que el gran reto continúa siendo el mismo de siempre: cómo combinar justicia, moralidad y negocio. Algo bien difícil de conseguir, pero no imposible. Claro que, para ello, hay algunas verdades que conviene recordar en un día como el de hoy. La primera, que la culpa de este enorme enredo no es, precisamente, de los que trabajan. No son los que obedecen los que se equivocan. Esta crisis está provocada por la avaricia de unos y la dejadez de otros. Por la irresponsable actuación de unos bancos sin criterio y la deficiente actuación de quienes tienen el poder político. Por basarlo todo en el beneficio a cualquier precio, el consumismo y el lucro personal.
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