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Supervivientes por Ángela Vallvey

La Razón
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Recibo una felicitación de Año Nuevo (El Muro, Teatro del Alma) con unas alentadoras palabras de Albert Einstein a propósito de las crisis: dice Einstein que, si siempre hacemos lo mismo, no podemos pretender que las cosas cambien; que las crisis pueden traer progresos a personas y países y que la creatividad nace de la angustia «como el día nace de la noche oscura». Según Albert, es en las crisis donde surgen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias, y quien supera la crisis se supera a sí mismo. Quienes atribuyen a la crisis sus propios fracasos y penurias están violentando su talento y dan más importancia a los problemas que a las soluciones porque la verdadera crisis es la de la incompetencia y la pereza para buscar remedios. Aconseja Einstein trabajar duro para que nuestro talento y nuestra voluntad nos coloquen en la lista de «supervivientes».

Leo el pequeño texto con fruición, con ansia, deseando afanosamente encontrar en él estímulo y consuelo. El año ha comenzado triste, desahuciado, en estado de necesidad. Me gustaría descubrir unas líneas de esperanza en ese trocito de papel impreso. Me animo un poco. Suena el teléfono. Tengo dos amigos que llevan tres años sin encender la calefacción en invierno porque no pueden pagar la factura energética. Me llama uno de ellos. Está relativamente contento: este invierno ni siquiera hace frío «en serio», dice. Ni el invierno tiene fuerzas. Incluso el tiempo meteorológico carece de activos y liquidez. La Caja de Ahorros del cielo está en bancarrota. Me pregunto si habrá sequía antes de la primavera, a este paso. A mi amigo, que no tiene trabajo, las nuevas subidas de impuestos, como su apartamento, le traen al fresco. Aún le queda un año de paro. Es optimista. Yo no.