Una imagen demoledora

No era un día de celebraciones. Era normal que Chacón tuviera mala cara. El disgusto era palpable. No le dejaron presentarse a las primarias y reflejó su enfado de forma inequívoca. Las aguas bajan revueltas dentro del PSOE. Los barones han impuesto su voluntad, pero es una batalla que seguirá tras las elecciones. La sorpresa era Rubalcaba. Un semblante serio y algo pálido, quizá fruto de una dura semana. Hace unos días amago con marcharse, volver a la Complutense, si tenía que competir con Chacón. No le parecía razonable. Coincidieron los principales dirigentes del PSOE. No querían a la ministra de Defensa. Es muy duro que no te valoren en tu propio partido. Rubalcaba será el candidato, tras unas primarias inexistentes y un órdago que marca un antes y un después. Zapatero sólo ejerció de maestro de ceremonias o de confusión, según se prefiera, en esta escaramuza soterrada. Rubalcaba tendrá que dejar el Gobierno. Comienza una compleja bicefalia de consecuencias imprevisibles y creo que malas tanto para el PSOE como para la estabilidad del Gobierno.