Hollande renegociará el pacto de Bruselas si llega al Elíseo

A esta última categoría parece querer adscribirse el socialismo francés. Sobre todo en período preelectoral, muy propicio para las declaraciones más intempestivas. Como la que ayer descerrajó el candidato del Partido Socialista galo (PS) al Elíseo, François Hollande, y que asesta un golpe a la estabilidad que el nuevo pacto alcanzado en Bruselas la pasada semana pretende dar a una Europa en crisis. Apenas acaba de alumbrarse, con el sudor y alguna lágrima de 26 de los 27 socios europeos, y ni siquiera ha habido tiempo para darle forma jurídica, pero el aspirante socialista, que considera que «no es la buena respuesta a corto plazo (…) para apoyar el crecimiento», ya quiere reformarlo si los franceses le otorgan en mayo próximo la responsabilidad suprema. «Si soy elegido, negociaré, renegociaré este acuerdo para añadirle lo que hoy le falta», declaró a una radio francesa sin más cautela ni prevención alguna. Ajeno a las consecuencias que tal afirmación, en una crisis del euro y de la deuda que es fundamentalmente una crisis de confianza, puede generar en los mercados, ávidos del más mínimo pretexto para darse a la especulación. La reacción del Gobierno fue inmediata ante un comentario que tiene más de provocación con fines electoralistas que de convicción. «Es la credibilidad de Francia lo que está en juego», replicó el primer ministro, François Fillon, que acusó a Hollande de «irresponsable» al hacer creer a los mercados que el acuerdo consensuado ahora quizá no sea válido en unos meses. Sin embargo, el presidente francés defendió ayer en una entrevista en «Le Monde» la revisión de los tratados acordada en el Consejo Europeo, «fruto del compromiso franco-alemán». «Hemos hecho todo lo que se podía hacer», aseguró.