Polonia

Tusk se proclama vencedor aunque necesitará pactos para poder gobernar

El líder de Plataforma Ciudadana (PO) y actual primer ministro polaco, Donald Tusk, es el ganador de las elecciones generales celebradas hoy en Polonia, donde ni la crisis económica ni los ataques de la oposición le impidieron ser de nuevo el candidato más votado, aunque no podrá gobernar en solitario.

A falta de los resultados oficiales, según los sondeos a pie de urna difundidos por la televisión pública TVP, PO habría obtenido el 39,6 por ciento de los sufragios, mientras que el partido Ley y Justicia (PiS) del conservador y nacionalista Jaroslaw Kaczynski lograría el 30,1 por ciento de os votos.

"Gracias a los polacos por su confianza, eso confirma que estos cuatro años han tenido un sentido profundo y son un buen comienzo para una Polonia mejor", dijo Donald Tusk al declararse ganador de los comicios.

"Respetamos el resultado de las elecciones, pero nuestra tarea durante los próximos cuatro años van a ser la de convencer a millones de polacos de que los cambios son necesarios", dijo Jaroslaw Kaczynski al reconocer su derrota y asumir un resultado por debajo de lo previsto por su partido aunque similar al registrado en los comicios de 2007.

Las proyecciones de la TVP confirman los sondeos de los últimos días de campaña, que preveían la victoria del partido del actual primer ministro, Donald Tusk, quien tiene así las puertas abiertas para repetir mandato durante la próxima legislatura, algo que ningún primer ministro había conseguido desde la instauración de la democracia en Polonia.

Durante esta legislatura, Tusk gobernó en coalición con el Partido Campesino (PSL), aunque los resultados adelantados por el citado sondeo indican que será necesario acudir a un tercer socio para consolidar una mayoría absoluta en el Parlamento.

"A partir del lunes (por mañana) empezaremos las conversaciones sobre una coalición, aunque queremos esperar a los resultados oficiales", precisó Tusk, quien compareció junto con su mujer entre los vítores de sus seguidores.

Ni siquiera la crisis económica y el desempleo, que también afectan a Polonia, aunque en menor medida que en el resto de la Unión Europea (UE), han impedido la reelección de Tusk, uno de los pocos mandatarios europeos que revalidará su mandato a pesar de la situación de las dificultades que vive el continente europeo.

Según las encuestas a pie de urna referidas por la televisión pública polaca, el tercer partido más votado habría sido la formación liberal-anticlerical Movimiento Palikot, con un 10,1 por ciento de los votos, seguido del Partido Campesino (PSL), con un 8,2 por ciento, y la plataforma de izquierdas SLD, con un 7,7 por ciento.

"El tercer puesto del Movimiento es el resultado de una gran esperanza, pero no podemos dejar de soñar", dijo Palikot, quien ve como su formación pasa de ser una desconocida a entrar al Parlamento y aspirar a ser decisiva para apoyar al futuro Ejecutivo.

El Movimiento Palikot propugna una economía liberal pero es su defensa radical del anticlericalismo y de la liberalización del consumo de marihuana lo que ha calado más hondo en el electorado polaco, sorprendido y en parte encandilado por un candidato experto en llamar la atención, que se atreve a ir más allá que el resto y propone un verdadero salto a la "cultura europea".

"No vamos a pactar con un partido que pretende legalizar las drogas", advirtió días atrás Tusk, quien ya cuenta con el apoyo del Partido Campesino si quiere gobernar en minoría simple.
Este resultado supone que, por primera vez desde la caída del comunismo, un mismo partido gana dos comicios generales consecutivos en Polonia, ya que Plataforma Ciudadana (PO) fue la formación más votada en las pasadas legislativas de 2007.

Para el politólogo Aleksander Smolar, esto significa que la sociedad polaca ha dado un paso inequívoco de madurez hacia la normalización de la vida política del país. Estas elecciones también parecen confirmar el descalabro de la única formación de izquierdas con representación parlamentaria, el SLD, que pasa de ser la tercera fuerza en Polonia (en 2007 obtuvo un 13,3 por ciento de los sufragios) a ocupar el último lugar en el Parlamento.

"Nos han atacado desde todos los flancos", se lamentó hoy el líder de SLD, Grzegorz Napieralski, quien subrayó que Polonia se consolida como un país completamente dominado por el centro-derecha.

La participación registrada por el sondeo de la TVP, 47,7 por ciento, seis puntos por debajo de la de los pasados comicios de 2007, también confirma el creciente desinterés de los polacos por acudir a las urnas.