Déficit autonómico
Petróleo en Canarias por Martín Prieto
Repsol tiene geológicamente localizadas importantes bolsas de petróleo frente a las islas orientales de las Islas Canarias cerca de la raya de la jurisdicción marítima marroquí y si se extrae no tendremos que pagar la factura petrolera. Un ministro de Franco tras una visita oficial discurseó sobre que llevaría «a España» las aspiraciones del archipiélago, y sotto voce (censura) le pusieron a parir panteras porque los canarios son susceptibles de su españolidad al margen de Antonio Cubillo, el MPAIAC y partidos herederos moderados y no definitorios. Ahora el rechazo a las prospecciones tan cerca de sus costas ha unido a su opinión pública con el airete de los ecologistas que aducen que un accidente arruinaría el turismo, su primera fuente de ingresos. Canarias es monocíclica: el monocultivo del tabaco o del plátano que no resistió la competencia americana; el monocultivo de la Chinchilla fue desplazado por los colorantes artificiales, y con la inestimable ayuda del tomate, sólo quedan en pie los puestos francos que impiden (todo se importa) la industrialización de las islas. Y no sólo es crudo: es la conversión de Canarias en un gran astillero. ¿Peligros? Hay que considerar un «Prestige» y no por ello se van a quedar los canarios sin gasolina. Repsol ha dado las garantías que puede dar y un desastre en la perforación es tan probable como que nos caiga encima algún asteroide. Alfonso Ussía los retrató en su «Manual del ecologista coñazo» y no sé ir más allá salvo que los conservacionistas que sólo quieren conservar el Pleistoceno puedan dejar en el agua el más rentable monocultivo de las Canarias. Los Verdes, con razones pero sin razón, pueden llegar a ser más pesados que mano de novio.
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