Los sevillanos dan la espalda a Nati Abascal por Jesús MARIÑAS

En Punta del Este, Uruguay, donde se tomaron las fotografías del reportaje, tampoco salen del asombro, y eso que allí ya están acostumbrados a todo tipo de rarezas al ser una localidad playera muy frecuentada por guapos argentinos y millonarios americanos y europeos. Allí conservan su paraíso terrenal algunos VIP como la señora Borromeo, que mantuvo una relación con el español Puchy Montenegro, primer marido de Neneta Varela, ex marquesa de Varela de San Fernando. Allí ha pasado estas fiestas navideñas porque su nieta la enredó para descansar junto a su novio Pierre, el hijo pequeño de Carolina de Mónaco. Borromeo cuenta cómo en la soleada Punta del Este han explotado la belleza del lugar junto a Nati, Boris y su galaico esposo, un amor de hombre.

De otra índole son las noticias que me llegan desde el otro lado del Atlántico. Nati sigue buscando la manera de protagonizar más reportajes y parece que ya ha cerrado otro para «¡Hola!» con la olvidada Valeria Mazza, que ahora explota sus posesiones costeras mientras su marido soluciona una serie de problemas fiscales. El pan nuestro de cada día. Además, me confirman dándome todo tipo de detalles que la Abascal fingió no ver a Neneta en Uruguay a pesar de haber sido ésta quien la recomendó para colaborar con la revista, que nada tiene que ver con la publicación que dirigían el dúo insuperable que formaban Sánchez Junco y Javier Osborne. De igual modo, la andaluza sigue empeñada en reconquistar Sevilla después de haber sido duramente criticada por descalificar su Semana Santa y la Feria de Abril.
«Pero, ¿no sois muy buenas amigas después de que Neneta te ayudara a entrar en ‘‘¡Hola!''», la preguntaron mientras yo optaba por mirar al mar tan próximo al restaurante La Huella, su lugar de encuentro. «No te habrá visto porque es miope y no llevaba puestas las gafas», justificaron los presentes ante la aguerrida y envidiada aristócrata, que ofreció a esta revista la primera entrevista de Sara Ferguson, con la que, siendo duquesa, compartía una entrañable amistad. Fue un bombazo de resonancia mundial comparable al trío casi circense compuesto por Nati, Boris y el santiagués. En las fotos, Nati descolocó con las enormes pamelas tan poco frecuentes en esa costa y Boris no se quedó atrás con unos llamativos pantalones plateados que hacen buenos a aquellos azules con flores blancas como los que antaño lució Jaime de Marichalar. Ante la que está cayendo sobre los Urdangarín, el ex marido de la Infanta Elena no deja de repetir lo ya sabido y por ello recibe congratulaciones: «Nunca hice daño a nadie por pasear en patinete por Ortega y Gasset o al dar rienda suelta a mi dandismo», dice. Lo que son las cosas, el tiempo pone a cada uno en su sitio y 2012 comienza bien para el ex duque de Lugo.