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José Luis Castro: «Desde ahora si ahorro mil euros me iré de vacaciones»
Novagalicia Banco no recurrirá la sentencia
MADRID- Después de ganar el juicio que condena a Novagalicia Banco a devolverle el dinero que invirtió en preferentes, José Luis Castro Méndez explica a LA RAZÓN la amargura que ha vivido durante meses sin saber si recuperaría los «ahorros de toda su vida».
–¿Quién le convenció para comprar preferentes?
–Tenía 10.000 euros en la cuenta corriente y fui a hablar con el director para que me lo pusieran en un plazo fijo de seis meses. Él me dijo que tenían otro sistema de plazo fijo que era muchísimo mejor, que tenía liquidez inmediata y que en un máximo de tres días podría disponer siempre del dinero.
–¿Le avisaron de la duración del contrato?
–En ningún momento. No es que sea muy inteligente pero tonto tampoco. Si me hubieran dicho que era hasta 2050, no hubiera dejado mi dinero allí porque creo que es difícil llegar a los noventa años.
–¿En algún momento intentó sacar ese dinero?
–Sí, en 2009 saqué 2.400 euros porque me compré un coche. Quería sacar todo pero el director me asesoró y me dijo: «Te doy un crédito personal y dejas aquí ese dinero porque te están pagando algo por él y, como tienes la hipoteca también, si en algún momento te quedas sin trabajo y no tienes ingresos suficientes siempre tienes aquí un colchón al que poder echar mano para poder pagar los recibos pendientes». Y yo le hice caso.
–Por las palabras del director, ¿el dinero le daba rentabilidad?
–Me daba muy poquito dinero. Es decir, a mí me estaban dando por este dinero que tenía ahí, cada tres meses, poco más de 30 euros.
–¿Sabía que si a la entidad le iba mal no cobraría ese dinero?
–Pensé que mi dinero siempre lo tenía seguro ahí. No podía desconfiar de ellos, al menos es lo que tenía en mi mente porque los tenía como gente amiga, porque si estoy treinta años trabajando con alguien y tengo confianza, lógicamente no puedo dudar de que esa gente me haya metido en algo tan gordo y tan difícil de poder recuperar el dinero. Es como si usted va a su médico de cabecera de toda su vida y le receta un veneno para envenenarlo.
–¿Pensó que ganaría en algún momento?
–Tenía mis dudas, porque yo soy un simple obrero que luchaba contra un banco y no las tenía todas conmigo. Cuando me enteré en el mes de octubre, creí que estaba viviendo un mal sueño, entonces fui a una abogada y le llevé toda la documentación para que me asesorara. Ahora siento muchísima alegría.
–¿Se fía de la banca después de todo?
–No, ahora si tengo que firmar un papel lo leo, lo vuelvo a leer y lo llevo a alguien que entienda y si está correcto, lo firmo.
–¿Cree que ha sentado un precedente con esta sentencia?
– No sé si es un precedente, pero sí un balón de oxígeno para toda esa gente. A mí la experiencia me ha valido para tener claro que no pienso ni en invertir, ni en ahorrar en un banco. Ahora, si consigo mil euros en un año, me iré de vacaciones.
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