Ministerio de Justicia
La Sala del 61 y el brazo de ETA
El regreso del brazo político de ETA a los ayuntamientos por la puerta grande dependerá de la decisión que adopten los magistrados de la famosa Sala del 61 del Supremo y luego el TC. La primera anomalía es que Gimeno no debería formar parte de ella, porque su nombramiento como magistrado ha sido anulado por la Sala Tercera del TS aunque no se ha redactado aún la sentencia. Hay quien dice que no importa, porque es una situación similar a cuando ha vencido el mandato de un miembro del TC o el CGPJ. Un despropósito. Nunca tendría que haber sido magistrado del TS y por tanto menos aún participar en decisiones de esta trascendencia. Los magistrados que estuvieron a favor de legalizar Sortu deberían abandonar el «buenismo» y entender que el brazo político de ETA no tiene que estar en los ayuntamientos. Es una cuestión de higiene democrática. Es una burla al Estado de Derecho. El presidente del Supremo, Carlos Divar, tiene la responsabilidad de ejercer su liderazgo y conseguir que se rechace el «vientre de alquiler» de ETA.
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