Francia
El MI6 británico utilizó semen como tinta invisible en la I Guerra Mundial
Corría el mes de junio del año 1915, en plena Primera Guerra Mundial. Walter Kirke, encargado de la Inteligencia militar en Francia, escribió en su diario que Mansfield Cumming, el jefe del Servicio de Inteligencia británico, estaba haciendo varias investigaciones para conseguir tinta invisible en la Universidad de Londres.
Meses más tarde, Cumming consiguió su propósito, pero más que el hallazgo, todo un adelante en medio de la Gran Guerra, lo que llamó la atención fue el «material» con el que se conseguía la tinta mágica. Kirke no se lo podía creer cuando le dijeron que se trataba de semen.
Según publicó ayer el diario «The Daily Telegraph», los Servicios Secretos de Su Majestad confirmaron que no reaccionaba a los principales métodos de detección y, lo más importante, era fácilmente disponible. Un compañero de Cumming, Frank Stagg, aseguró que nunca había visto a su jefe tan contento como cuando le dijeron que el semen no reaccionaba a los vapores de iodo.
Desventajas
Las revelaciones salen del libro «MI6: La historia del Servicio Secreto de Inteligencia entre 1909 y 1949», del profesor Keith Jeffery. El titulo saldrá a la venta esta semana en Reino Unido, pero, según el autor, al que se le concedió acceso a los archivos secretos de esos años del MI6, no todo fueron ventajas.
El agente que llevó a cabo el hallazgo tuvo que trasladarse de oficina porque se convirtió en el objeto de las burlas de sus compañeros. Además, los superiores tuvieron que avisar que sólo se utilizaría «tinta fresca» después de que algunos corresponsales recibieran cartas con un extraño olor.
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