A Messi le sobran amigos (3-0)

Héctor Cúper asegura que nadie ha resuelto todavía el jeroglífico del Barça, y no le falta razón. «¿De qué juega Messi?», se pregunta. El argentino empezó de delantero centro mentiroso, pero a los diez minutos su punto de partida era la banda derecha. Y desde allí fabricó el primer gol con la inestimable ayuda de Iniesta. Con un movimiento, Andrés se llevó a tres contrarios e hizo la pared con Messi. El control de Leo le sirvió para quedarse frente a Toño, regatearlo y marcar a placer. Fueron dos contra cuatro. Eran minoría. Pero fue suficiente. Andrés ha vuelto tras su lesión, pero en realidad no parece que hubiera estado parado. Su posición, libre por todo el campo, fue otra pesadilla para el equipo de Cúper. Y su presencia fue un alivio para Messi, por si el argentino echaba de menos a Cesc o llegaba deprimido de jugar con la albiceleste. Se entendieron a la perfección, para desgracia del Racing, y fabricaron dos de los tres goles con jugadas de ensueño. En el tercer tanto, la maniobra del «8» fue perfecta. Un control, un toquecito en el aire, y ya afrontaba la portería de Toño con todos los rivales detrás. Tiró al palo, pero allí estaba Messi para aprovechar el rechace. Sin Iniesta, al Barcelona no le ha ido mal, pero con él le va igual de bien y además es un lujo. El segundo gol lo marcó Xavi de cabeza tras un gran centro de Pedro desde la izquierda.

Al Barça no se le dan bien los partidos después de los compromisos internacionales, pero Guardiola planteó el choque sin complejos. Del medio hacia delante todo eran bajitos: Iniesta, Thiago, Xavi, Pedro, Villa y Messi. Descansó Busquets, un alto que juega como un bajito, pero sus servicios no fueron necesarios. No hacía falta contener porque el balón sólo fue del Barcelona. El único rastro del «virus FIFA» que notó el conjunto azulgrana fue la lesión de Piqué. Una elongación en el bíceps femoral (otra vez) derecho que lo tendrá quince días de baja. Abidal entró en su lugar. El incidente pareció desorientar un poco al Barça, y el Racing lo aprovechó para estirarse y tener su primer (y casi único) amago de ocasión en un cabezazo de Adrián. Un tiro de Koné al comienzo de la segunda parte fue su última noticia ofensiva.

El primer gol tranquilizó al Barcelona, que empezó su secuencia de pases en el medio y de movilidad en sus atacantes. Messi, Villa y Pedro aparecieron por todos lados. Sin mucho esfuerzo, sin jugar excesivamente rápido, Messi fue acumulando detalles de calidad (también Abidal en una chilena) y su equipo, ocasiones hasta cerrar la cuenta en tres goles. El Barça está de enhorabuena. Sigue líder y tiene a Iniesta.