Barcelona

Copla en vaqueros y camiseta

Este fin de semana coinciden en la cartelera el adiós de «Por los ojos de Raquel Meller», tributo al cuplé, y el estreno de «Le llaman copla», homenaje al género españolCuándo: hasta el 5 de agosto. Dónde: Teatro Fernán Gómez. Madrid. Cuánto: de 13 a 18 euros. Tel. 914 800 300. 

Copla en vaqueros y camiseta
Copla en vaqueros y camisetalarazon

La industria musical ha dado varios avisos con éxitos clamorosos en boca de Miguel Poveda, Martirio, «La Shica», Diana Navarro e incluso Plácido Domingo: la copla está viva y en plena forma, pero quizá donde luzca en todo su esplendor dramático sea en teatro. Ya hubo un homenaje a lo grande con el fallido musical «Enamorados anónimos» en la Gran Vía, aunque el verdadero triunfo fue el de «Ojos verdes», el tributo de hasta entonces unos desconocidos catalanes a Miguel de Molina. El montaje lleva seis años rodando de teatro en teatro y ahora vuelve a probar suerte en Barcelona.

De la Piquer a Spotify
Hace unos meses triunfó en Madrid, en el teatro Fernán Gómez, donde la compañía, La Barni, realiza escala unas semanas con su siguiente espectáculo «Le llaman copla», que coincide esta semana con la despedida de «Los ojos de Raquel Meller», un guiño al cuplé que también sobrevuela en el espectáculo «De la Meller a la Ramos», que se verá en el teatro Prosperidad todos los viernes y sábados de agosto interpretado por Olga María Ramos.

Volviendo a «Le llaman copla», podría considerarse un espectáculo de variedades de esos que llevaban en el repertorio Miguel de Molina o Concha Piquer. No tiene una estructura dramática, pues se trata de una sucesión de números musicales, pero cada uno de ellos está dramatizado. Y es que, como dijo el propio Domingo, «cada copla es una ópera de tres minutos». «No podemos considerar que lo que hay sobre el escenario sean personajes, sino dispositivos teatrales, porque varían según la canción», destacan. «Es lo mismo que tratamos de enseñar a nuestros alumnos de la escuela: la diferencia entre cantar e interpretar».

Siguiendo ese principio, Marc Sambola y Marc Vilavella, director musical y escénico de La Barni, hilvanan gracias a cinco intérpretes (Elia Corral, Gracia Fernández, Nacho Melús, Ona Pla y el propio Vilavella) y cuatro músicos (Oriol Mula, Laia Martí, Gerard Alonso y Sambola), algunas de las cimas del repertorio coplero. Este es el caso de «Mi niña Lola», «Tatuaje», «Maruja Limón», «Aciegas», algún cuplé, un «medley» dedicado a Lorca y otras menos conocidas para vestirlas de tejanos y camiseta, es decir, con guiños al pop y al jazz. Entre sus aportaciones destaca una versión a dúo de «La bien pagá»: «Conocíamos la masculina y la femenina de la canción, pero nos preguntamos qué ocurriría si las superpusiéramos y ahora sabemos que el resultado es sorprendente».

Los creadores reconocen que descubrieron el género por casualidad (cuando investigaban para un proyecto musical de fin de carrera para el Instituto del Teatro de Barcelona), pero que ahora no son capaces de desprenderse de él: «Sabíamos que a este tipo de espectáculo iba a venir gente mayor porque la copla forma parte de su memoria, incluso a algunos les escuchamos tararear las canciones; pero a muchos jóvenes los ha pasado como a nosotros. Se acercan a los camerinos para decirnos: "A mí la copla no me interesa mucho, pero el espectáculo me ha encantado". Luego muchos empiezan a empaparse gracias a Yotube o al Spotify», describen los responsables de la compañía.

Para combatir la extrañeza de que unos catalanes se ocupen de este repertorio se valen del razonamiento de Manuel Vázquez Montalban en «Crónica sentimental de España»: «La copla se vivía como algo propio en toda España, luego, por motivos políticos, se empezó a asociar con Andalucía, pero forma parte del arcervo de Cataluña, tanto como "Els segadors"». Y añaden: «El amor puede ser ciego, pero no sordo, y cuando hay belleza como en este repertorio se reconoce inmediatamente». A pesar de que conocen el origen del distanciamiento, aseguran que no tienen ninguna intención política con este estreno: «Nos apartamos de cualquier prejuicio temporal o político y entendemos la música como lo que es: música. No hay ninguna reivindicación política y ningún intento de remontarnos a tiempos pasados».

Aún les queda recorrido con «Ojos Verdes», el homenaje a Miguel de Molina, que ostenta el récord de seis temporadas en la carretera, pero después quieren abrirse camino a otro repertorio, eso sí, no descartan el formato: «Nos interesa mucho la teatralización de las canciones, así que no descartamos poner en escena un "Se llama bolero, tango o canción francesa"».