Nueva York
La mitad de los franceses quiere que Strauss-Kahn vuelva a la política
Aunque el ex director del Fondo Monetario Internacional con aspiraciones a ser presidente de Francia, Dominique Strauss-Kahn, tenga que enfrentarse todavía a un juicio en el que está acusado de siete cargos –entre ellos el de intento de violación–, la mitad de los franceses quiere que vuelva a la política.
«Le Parisien» publicó ayer un sondeo, realizado a mil personas después de que se conociera la noticia de su libertad provisional, en el que el 49% decía estar a favor de su regreso, frente al 45%, que estaba en contra. En las filas socialistas, los personalismos y choques de egos dentro del Partido Socialista (PS) galo, en pleno proceso de primarias ya han empezado. El plazo para presentarse como candidato finaliza el 13 de julio y la próxima vista de Strauss-Kahn se celebra el 18, cinco días después. Si François Hollande declaró el viernes que «no había problema» en ampliar el límite hasta finales de agosto y Ségolène Royal también se mostraba dispuesta, el líder interino del PS, Harlem Désir, indicó que bajo «ninguna razón» se modificará la fecha. La principal afectada sería la secretaria general del partido, Martine Aubry, que presentó su candidatura desde Lille hace una semana, pero mantiene un pacto con DSK: si él se presenta, ella permanece a su lado y posterga su carrera hacia el Elíseo.
En esta misma línea se muestran los simpatizantes socialistas consultados por «Le Parisien», ya que un 43% cambiaría el calendario en contra de un 49% que no quiere que se altere. Si el proceso judicial es corto y le retiran los cargos, la mayoría de analistas políticos augura que la batalla final por la Presidencia francesa se libraría entre Strauss-Kahn y Sarkozy. Sin embargo, y para avivar más el escándalo, un interrogante queda abierto. La periodista Tristane Banon, hija de la socialista Anne Mansouret, acusó al ex director del FMI de asaltarla sexualmente en 2002. Banon no quiso interponer una demanda al «chimpancé en celo», ni en su momento –por la presión de su madre–, ni en mayo pasado porque no quería participar en «el linchamiento público». David Koubbi, su abogado, explicó a «Vanity Fair» que su cliente no desea que su caso sirva para condenar a DSK a 74 años de cárcel. «Si lo remiten a la justicia francesa, estudiaremos una posible demanda. Mientras continúe en Estados Unidos, no».
Casada con un traficante
El hombre encarcelado en Arizona con quien Nafissatou Diallo –la camarera supuestamente violada por DSK– habló al día siguiente de los hechos es, en realidad, su segundo marido. De origen gambiano, se casó con él hace un año, pero los investigadores de la Fiscalía no lo supieron porque, como es habitual entre los inmigrantes de la diáspora africana, aún no habían registrado el matrimonio en el registro oficial. El hecho supone un nuevo varapalo para la defensa de la joven camarera, ya que parece difícil que ignorara la ocupación de su nuevo esposo: el tráfico de hachís a cambio de prendas de vestir falsificadas.
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