Literatura
Joe Hill: «Es un orgullo haberle inspirado a mi padre El resplandor»
El hijo de Stephen King recuerda a su padre de joven (sobre todo cuando se deja barba, que depende de las estaciones), y tiene una mirada mezcla de no sé qué. Joe Hill, demonio de chico, presenta en España «Cuernos», su segunda e inquietante novela.
Ser hijo de Stephen King y querer ser escritor puede parecer una ventaja. Pero Joe Hill escogió el camino del anonimato. Durante diez años, ocultó ser el vástago mediano del creador de obras como «Carrie» para abrirse camino por la senda editorial sin anclajes. Y no le ha ido nada mal: Después de «El traje del muerto», nos presenta su segunda novela: «Cuernos» (Suma de Letras), que bebe en los charcos más oscuros del pensamiento humano.
-No sé si es elegante hablar de miedo en una primera cita....
-(Risas)No seas tímida, y dispara. Ya verás cómo te lo pongo fácil... Mis pensamientos no son nada terroríficos y soy un tipo bastante «desengrasante»... A pesar de mis libros...
-¿No tenía nada mejor que meternos miedo en el cuerpo con estos «Cuernos»?
-Pensé en hacer dibujos animados (risas) pero como no se me daba bien, opté por acabar este libro... Que por cierto, tiene una doble acepción en castellano, ¿no?
-En su libro, explora en los pensamientos oscuros del ser humano.... ¿Eso nos iguala?
-Sólo existen siete pecados capitales. Es una lista bastante corta y creo que todos sentimos los tirones de esos pecados, de una forma semejante.
-¿Cómo podemos enfrentarnos a ellos? ¿Dando la talla?, ¿haciendo psicoterapia?...
-Practicando el conductismo y leyendo «Cuernos». Pero hay que comprar tres copias para que sea realmente terapéutico: una para ti, otra para tu padre y una tercera para tu madre. Sólo así aprenderán a vivir con nosotros.
-«Todos tenemos sucesos en nuestro pasado que queremos ocultar»... ¿Me confiesa alguno?
-Cuando tenía 10 años robé un libro sobre cómo ganar al Comecocos... Lo triste es que no me ayudó a mejorar con el juego.
-Su libro narra la historia de un buen tipo que se convierte en el principal sospechoso del asesinato de su novia y pierde así el crédito ante su entorno.... ¿Hacen más daño los miedos personales o los colectivos?
-Una de las grandes pesadillas del ser humano consiste en imaginar que todo el mundo esta en contra de nosotros, que nos creen culpables de algo, que no podemos confiar en nadie. Como escritor de terror he explorado en esta fantasía paranoide que nos asola a todos.
-Con un padre como Stephen King, supongo que nunca le habrán contado un cuento de hadas en casa.
-De hadas no, pero mi padre era un crack inventándose versiones de Spiderman para dormirnos. Fíjate si yo era fan que usé unos los calzoncillos del hombre araña hasta los 20 años.
-¿La sombra de su progenitor es alargada o no le afecta por esos mundos literarios de Dios?
-No siento presión ni por los editores ni por mi padre. Fue uno de los motivos por los que dejé mi apellido: para crearme mi espacio. Pude escribir durante 10 años sin que nadie supiera que me apellidaba King. Que mi padre sea una losa para mí es sólo cosa de los medios...
-Los biólogos van a tener razón y todo está en los «genes»...
-No creo que la habilidad para la escritura se herede... Pero crecí en la casa de Stephen King, ¡qué demonios! Allí todos leían, hablaban de libros. A la hora de la cena, las conversaciones alrededor de la mesa eran literarias. Era inevitable que acabara abocado a la ficción, ¿no?
-Yo no sé cómo me tomaría eso de que mi padre se hubiera inspirado en mí, aunque fuera vagamente, para escribir «El resplandor»...
-(Risas) Uno sólo posee su vida para extraer material de ella. Inevitablemente, nuestros personajes son el reflejo de alguien de nuestro entorno. Si serví, vagamente, para inspirar a mi padre esa gran obra, ¡es un orgullo!
-Roger Corman, siempre decía que había que insinuar los terrores, nunca mostrarlos.
-Aun siendo un genio, que lo es, en su última película debería haberse aplicado su máxima: un monstruo medio pulpo y medio tiburón tragándose a actrices horribles en bikini....
-¿Nada es más terrorífico que lo inquietante? Recuerda aquel relato de Borges: «No quedaba nadie sobre la faz de la tierra y de repente, llamaron a la puerta».
-Uf. Es magistral. Es un cuento que trato no olvidar como manejo de lo terrorífico.
-¿Y qué me dice del terror gótico, que siempre vuelve?: Maupasssant, Henry James...
-Es una fuente inagotable de inspiración. ¿Recuerdas el relato «Echando las runas», de James? Un hombre al que se le da un pergamino y sólo tiene siete días para deshacerse de él; si no: un demonio se lo come... Mi libro «El traje del muerto», es un eco de aquella historia
-¿Qué le da miedo a Joe Hill?
-Que les pase algo a mis tres hijos... Sería terrible
-¿Cuántas veces ha visto «Carrie»? ¿Lo ha hecho solo o en compañía de otros para aguantar el miedo?
-No es una de mis favoritas. Sí el libro, pero no la película, porque no ha soportado el paso del tiempo. Mi película preferida sobre las adaptaciones de mi padre es «Cadena perpetua».
-¿Fue premeditado sintetizar su nombre hasta dejarlo como el del famoso héroe del sindicalismo norteamericano que murió ejecutado?
-¡Es culpa de mis padres! Especialmente de mi madre. Se enamoraron en los sesenta con los ecos de Dylan de fondo. Ella eligió ese nombre por la versión de Joan Baez, «Soñé con Joe Hill».
-Hablando de música, me deja de piedra al decantarse por un grupo como Nirvana en lugar de Black Sabbath.
-¡Black Sabbath no me gusta absolutamente nada! Aunque el heavy clásico me encanta. Mi fijación por Nirvana es porque creo que destruyeron el estilo de los 80, ¡hicieron explosionar el átomo!
-Por último: ¿la próxima novela volverá a ser de miedo o se pasará al romanticismo?
-La siguiente tendrá muchos ingredientes de «thriller». Pero siempre hay una historia romántica en medio, porque no se puede dar un miedo convincente sin un amor que lo equilibre.
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