Bruselas
Las dos versiones de «Guerra y paz» por César Vidal
La trayectoria espiritual de Lev Tolstoi es una de las más sugestivas del siglo XIX. Hijo de un aristócrata que había combatido contra las tropas francesas en 1812, Tolstoi cursó estudios de lenguas orientales en la universidad de Kazán
La conclusión a la que llegaron algunos de sus profesores resultó tajante: el joven Lev no quería estudiar, pero además carecía también de capacidad para hacerlo. Al fin y a la postre, Tolstoi abandonó sus estudios y se dedicó a pasar largas temporadas en Moscú y San Petersburgo.
Fue la suya una vida de libertinaje que, entre otras consecuencias, tuvo la de contraer elevadas deudas de juego. De semejante situación salió, como tantos nobles de su época, alistándose en el ejército en 1851. La experiencia militar en el Cáucaso marcó el inicio de la carrera literaria de Tolstoi, pero también el de una repulsión hacia la violencia que tuvo su cima al contemplar una ejecución en París en 1857. En 1861, coincidió en Bruselas con Proudhon cuyo libro «La Guerre et la Paix» revisó y con el que coincidió en la importancia de la educación. A esas alturas, Tolstoi tenía una visión de la vida totalmente distinta. Desconfiaba del Estado al que veía como instrumento opresor al servicio de unos pocos, abominaba de cualquier forma de violencia y, sobre todo, sentía una especial preocupación por los débiles.
En 1862, regresó a sus posesiones de Yasnaya Polyana, contrajo matrimonio y abrió unas escuelas para educar a los campesinos. Fue entonces cuando comenzó a escribir una novela cuyo título estaba tomado del texto de Pierre-Joseph Proudhon.
Su idea era reflejar literariamente la gran guerra por la independencia que el pueblo ruso había protagonizado en 1812 contra Napoleón. En 1866, Tolstoi concluyó la novela que, en no escasa medida, mostraba una enorme influencia de Victor Hugo, autor al que el ruso había conocido personalmente. Aquella primera redacción de «Guerra y paz», fundamentalmente una novela histórica, se perdió ocultada por la edición canónica de la obra de 1873, precisamente la que ha leído generación tras generación.
En 1983, la Academia de Ciencias de la Unión Soviética publicó lo que denominó la «edición original». Las diferencias entre ambos textos resultan muy significativas e indican la evolución personal de Lev Tolstoi. De entrada, la redacción primera de la novela carece de manera casi total de reflexiones filosóficas. En el texto posterior, contemplamos, sin embargo, cómo el autor de una gran novela histórica se ha convertido además en un pensador que elabora conclusiones sobre la Historia, sobre el gobierno de los pueblos e incluso sobre la condición humana.
Andrei, el protagonista
No sólo eso. El pueblo anónimo cobra un papel extraordinario frente a la aristocracia y, de manera bien reveladora, el peso de los personajes varía de forma significativa. Si en el primer texto, el protagonista era, fundamentalmente, Andrei, un militar noble y aguerrido; en el definitivo lo es Pierre, un hombre que, como Tolstoi, experimenta una evolución espiritual que lo lleva de un diletantismo progresista a la masonería para concluir en una cosmovisión cristiana. Ni siquiera Natasha es la misma en las dos ediciones de la obra. Al final, como tantas otras veces, en las páginas de una novela palpita el alma, no pocas veces cambiante, del autor.
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