Casa Real

Doña Letizia acorta distancias

Doña Letizia acorta distancias
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No es novedad que Doña Letizia luzca minifaldas y vestidos cortos. Lo hacía ya en los primeros momentos de su noviazgo con el Príncipe Felipe, y lo hizo el invierno pasado, ahí están las fotos. Pero durante estas vacaciones, en las que la Princesa se ha mostrado especialmente minifaldera, se ha convertido en el centro de atención.

Su aparición más sonada se produjo en la de la cena que los Reyes, acompañados por los Príncipes, ofrecieron en el Palacio de la Almudaina a las autoridades baleares esta semana como despedida del verano. Se trataba de un acto oficial y, aún así, la Princesa apareció con un vestido corto, aproximadamente 11 centímetros por encima de la rodilla. El jueves recibió en Zarzuela a representantes de la COPE con un minivestido a rayas y ayer, de nuevo apostó por una minifalda para saludar a los miembros del Club Internacional de Prensa. ¿Acierto o error? Los más puristas y conservadores aún ponen el grito en el cielo. Pero, ante la duda, la última palabra la tiene el protocolo, pues los dictados de la moda, otro de los índices que tanto gusta emplear cuando se habla del estilo de Doña Letizia, le dan toda la razón: minifaldas y minivestidos son tendencia, y lo seguirán siendo. Con respecto a las normas, también es un acierto. Y es que según el protocolo social y de etiqueta, lucir una minifalda no supone el incumplimiento de ninguna regla, es adecuado para estas situaciones.


Cumple el protocolo
De hecho, y según explica a LA RAZÓN el profesor de la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid, Diego Zala: «No existe ninguna diferencia entre que la Princesa luzca una minifalda en un acto deportivo, en los que las normas suelen ser más relajadas, o que lo haga en un acto social». La razón es que el protocolo social no establece ninguna norma sobre la etiqueta femenina, «sólo lo hace con respecto a la masculina, por lo que la mujer debe ajustarse a la etiqueta del varón», explica. Lo que se podría resumir de la siguiente forma: cuando el varón luce alta etiqueta –esmoquin o frac–, la dama debe ir de largo (hasta los pies). Pero cuando la etiqueta aconseja que el hombre lleve chaqué o traje oscuro, no recomendado más tarde de las siete de la tarde, la mujer debe ir de corto. Por tanto, y teniendo en cuenta que tanto Don Felipe, como el Rey lucían traje oscuro, Doña Letizia no incumplió el protocolo, aunque se tratase de un acto oficial. «No sólo no incumple, sino que se atreve a innovar en la etiqueta femenina, pues siempre recurre a minifaldas o vestidos elegantes, nada estridentes», añade el profesor Zala. ¿Incluso si sus faldas suben entre tres y cuatro centímetros por encima de la rodilla? «También en ese caso. La norma no habla de centímetros, sino de la rodilla como medida. Es tan correcto ligeramente por encima como por debajo; sin llegar a extremos».

Y tampoco se salta ninguna norma por llevar bailarinas, aunque algunos siguen criticándolo. El experto zanja todas las dudas confirmando que «en protocolo social es muy importante que la etiqueta que se viste demuestre en todo momento el estilo personal del individuo». Precisamente lo que Doña Letizia hace en cada una de sus apariciones: añadir a su «look» el toque personal de mujer moderna, cercana, «siendo la Princesa de Asturias, pero sin olvidar a Letizia Ortiz».


Sus otras «minis»
La Princesa de Asturias se ha convertido en todo un referente de estilo, y, aunque sigue las últimas tendencias, también cuenta con sus imprescindibles. Doña Letizia, sobre todo durante este verano, ha apostado por los minivestidos y las faldas cortas. Y no duda en combinarlas tanto con taconazos como con bailarinas y zapatos planos.