Hipotecas y desahucios

Cuando te mueves, algo se mueve. Los medios de comunicación han sido sensibles a las protestas que indignados y vecinos están haciendo contra los desahucios, muchos y crueles, por impago de hipoteca. Porque no puede ser que los bancos sigan con esa mecánica implacable de si no se puede pagar nos quedamos con el piso y además el sin techo seguirá pagando la deuda que le pueda quedar. No puede ser que esas casas embargadas se saquen a subasta y una mafia de subasteros pudientes se queden con ellos por poco dinero. No puede ser que personas que han cumplido con su hipoteca durante años se queden en la calle por haberse quedado antes en el paro. No es de ley que esta crisis, provocada principalmente por el poder bancario, beneficie a sus responsables. Por eso me alegro de que el Santander haya tomado una medida nueva: tres años de moratoria en la que sólo se pagarán intereses y a la que podrán acogerse los que hayan perdido su puesto de trabajo o hayan visto mermados considerablemente sus ingresos. La medida es justa porque es al principio cuando más intereses se paga al Banco, así que los que más tiempo lleven pagando el préstamo menos intereses tendrán que abonar y les será más fácil salir del atolladero.
La vivienda es un derecho fundamental de las personas. ¿Pueden imaginarse acabar en la calle o tener que invadir la intimidad de otro mudándose por obligación a su casa? Pues miles y miles de personas están en esa situación. Solo hay que ponerse un momento en su piel para sentir escalofríos. Sigamos moviéndonos. Por la dignidad de los otros, que es la nuestra.