Prevención

Cuatro de cada diez pacientes que se operan tienen alto riesgo de trombosis o sangrados

Hasta el 40 por ciento de las personas que se someten a una intervención quirúrgica están siendo tratados con anticoagulantes o antiagregantes, lo que eleva el riesgo de sufrir trombosis o sangrados durante la operación, según ha afirmado este miércoles el vicepresidente de la sección de Hemostasia y Medicina Transfusional de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), Juan Vicente Llau. 

Durante la presentación del «Tratado de medicina transfusional perioperatoria» (Elsevier), coordinado por Llau, este experto ha explicado que, en la mayoría de estos casos, «el anestesista se enfrenta a la disyuntiva de retirar o no el fármaco, ya que si suspende el tratamiento aumenta el riesgo de que aparezcan trombos, y si se mantiene se eleva se favorece la aparición de sangrados». Por este motivo, la publicación de tratados «servirá como referencia a los anestesiólogos a la hora de abordar a sus pacientes en la práctica clínica diaria gracias a las aportaciones de más de 100 anestesistas de 43 hospitales de toda España», señala Llau.

El libro, que cuenta con el aval científico de la SEDAR, recuerda este experto, tiene como objetivo «ofrecer las últimas novedades en Medicina Transfusional, divididas en los apartados de Hemostasia; métodos de ahorro de sangre; Fluidoterapia y el abordaje de situaciones específicas cómo los testigos de Jehová». En este sentido, el representante de SEDAR ha subrayado que las personas que profesan esta religión «deben ser respetados en sus creencias y por ello es necesario tenerlos en cuenta en las estrategias de ahorro de sangre».

METODOS DE AHORRO DE SANGREEsta obra también realiza un repaso exhaustivo y actual sobre los métodos de ahorro de sangre, el empleo de fármacos para disminuir el sangrado, las implicaciones que tiene la transfusión sanguínea durante la cirugía y la anestesia y cómo se debe actuar para evitar las transfusiones innecesarias. «Si se aplican métodos de ahorro de sangre a todos los pacientes que se operan -aproximadamente el 10 por ciento requiere de una transfusión- se podría ahorrar un 30 por ciento de la sangre que se consume en los hospitales», asegura Llau.

Asimismo, se desarrolla el tratamiento transfusional en situaciones específicas en las que suele haber un sangrado importante, como la cirugía cardiaca, la oncológica o la cirugía ortopédica, o las situaciones en las que el sangrado puede determinar una mala evolución del paciente, como la neurocirugía. «Entre el 60 y el 80 por ciento de los pacientes que se intervienen de cirugía cardiaca necesitan ser transfundidos», afirma este experto, quien añade que en el caso de algunos pacientes politraumatizados pueden llegar a necesitar hasta 15 o 20 bolsas de sangre para salvar sus vidas.