España

Fotomatón de ilustres por Javier ORS

Imagen de los cuadros del Senado
Imagen de los cuadros del Senadolarazon

El homenaje en España es un asunto muy serio. Algo que no debe tomarse demasiado a la ligera. Aquí, las celebraciones, como la historia, enseguida se nos enfangan con la cosa ideológica o la duda de una economía sospechosa, y se monta la bulla. El Senado encargó en 2007 el retrato de treinta y cuatro miembros ilustres de la Cámara para conmemorar los 30 años de las primeras elecciones, y se ha armado. Después de tantas precauciones para ver al lado de quién se debía colocar a cada una de las señorías, por aquello de evitar suspicacias, la polémica ha llegado por la pasta. El español es una persona muy generosa que siempre mira mucho la peseta. Y no se le ha escapado que 417.000 euros, con la que está cayendo, es bastante plata aunque haya salido de presupuestos anteriores. A la gente le gusta el arte, siempre que no salga demasiado caro. Para eso, dicen, ya está El Prado y el «Guernica» (en este país aún se menciona la obra de Picasso en vez del museo que lo alberga, o sea, el Reina Sofía). Algunos pensarán que, para este montaje de dibujos, lo mismo habrían servido unas instantáneas del fotomatón y habría salido más barato. Nadie repara en que las primeras víctimas de las recesiones son la cultura y la memoria, para muchos, las dos hermanas frívolas y prescindibles de nuestra sociedad. Ahora que los mercados bursátiles andan en baja forma y el gasto comienza a ser privilegio de pocos, convendría concienciarnos de que la educación, el arte y la Historia son un buen lugar donde invertir en épocas de «crack». Nos gustaría pensar, incluso, que, a su lado, el dinero no vale nada.