Cataluña

El informe psiquiátrico confirma que el celador de Olot mataba por «gusto»

Los expertos dicen que Joan Vila distingue perfectamente entre el bien y el mal

El celador del geriátrico La Caritat de Olot, Joan Vila, sigue en prisión a la espera del juicio
El celador del geriátrico La Caritat de Olot, Joan Vila, sigue en prisión a la espera del juiciolarazon

BARCELONA– El abogado Carles Monguilod es uno de los letrados más prestigiosos de Girona. Ha trabajado en causas como el secuestro de la farmacéutica de Olot Maria Àngels Feliu y el naufragio de la barca La Oca de Banyoles. Pero ahora se enfrenta a uno de los retos más importantes de su carrera, abogar a favor de Joan Vila, el celador de Olot que confesó haber matado a once ancianos.

El juez encargado del caso ha dado por terminada la instrucción, tras la incorporación del informe del psiquiatra especialista Álvaro Muro. Y las conclusiones ponen muy difícil defender a Vila en el juicio, porque se parecen mucho a las confesiones que el propio celador dio en comisaría en abril.

«Punto de sadismo»
Según el informe, Vila «mataba por gusto», con un punto de sadismo, disfrutando con el sufrimiento ajeno. En comisaría, Vila no se mostró arrepentido en ningún momento de sus actos, e incluso aseguró haber matado a más ancianos, aunque este extremo no pudo ser comprobado. Según Muro, el celador asesinaba «para sentirese poderoso y buscar sensaciones», pero distingue perfectamente entre el bien y el mal, extremo que han confirmado todos los exámenes psiquiátricos a los que ha sido sometido.

El psiquiatra especialista niega en su informe que Vila acabara con la vida de los ancianos por piedad. Cabe recordar que el celador, que trabajaba en el centro La Caritat, mató a once personas utilizando unas sustancias químicas que provocaron un enorme sufrimiento en las víctimas. Muro señala en su informe que Vila podría haber optado por métodos menos dolorosos, pero no lo hizo. Este hecho corrobora que disfrutaba con el dolor ajeno.

En sus anteriores confesiones, Vila dijo que «en parte no está mal lo que he hecho», pero admitió ser consciente de que «ante la ley sí es un hecho delictivo y que socialmente está mal». Según los psicólogos, el celador no tiene ningún trastorno de la personalidad, o una alteración de la razón, pero en él se observa un «estilo dependiente, evitativo, depresivo y esquizoide».

Ahora el siguiente paso será cuando el sumario, incluyendo todos estos informes, pase a manos del fiscal. El Ministerio Público, una vez estudiado el caso, realizará la petición de cárcel, que se presume muy elevada. El juicio aún no tiene fecha de inicio. De momento, el celador sigue interno en la cárcel de Can Brians, donde ha tenido algunos incidentes con otros presos.

Una prueba, según los psiquiatras, del nivel de cinismo de Vila, fue cuando le preguntaron si había pensado en quitarse la vida. La respuesta fue afirmativa, e incluso especificó el método: «me tomaría lejía», una de las sustancias que utilizó para matar a los ancianos, de los que no tuvo compasión en su momento.