El Juli: «Torear es una oportunidad para ser feliz»

Casi un mes antes de su primera comparecencia en San Isidro LA RAZÓN se puso en contacto con El Juli, que velaba armas en la habitación del hotel, esperando la hora de vestirse de luces para tomar parte en una de las corridas que tenía apalabradas en la Feria de Abril de Sevilla. «Son momentos duros para un torero, le das muchas vueltas a la tarde, a la situación, en cómo va a resultar todo, esperas que llegue pronto la hora de salir al ruedo y ponerte frente al toro». Tras su paso por La Maestranza estaba exultante: «Todo ha sido un sueño para mí. Han sido maravillosas todas las sensaciones vividas. Esto se queda para toda mi vida. Aquí quería llegar, a hacer esto, que es lo que yo siento». Pero, naturalmente, también piensa en su cita madrileña.– Y es que Madrid, un año más, es clave para la temporada ¿O, aunque más grande, más duro, es un eslabón más de la gran cadena que da forma a la campaña? – Con tantos años viniendo a Madrid, a estas alturas la temporada ya está casi medio hecha, pero, qué duda cabe, la categoría de esta plaza te da a todo lo que haces una rotundidad que no obtienes en otras. Es una plaza muy exigente pero que sabe recompensar el esfuerzo. – Una plaza que, a pesar de su dificultad, de su alto nivel de exigencia, necesaria. Tanto para el torero como para el aficionado. – Es una plaza muy exigente, pero esa exigencia se convierte en entrega total cuando se ve que tú estás al nivel máximo. A mí me gusta mucho esta plaza. En ella he vivido momentos muy duros pero también muy bonitos. Se disfruta mucho más cuando haces el toreo que sientes. Es complicado que tu mejor tarde coincida con tu actuación en Madrid. Son muchas las corridas que toreas a lo largo de la temporada y que la más completa sea en Las Ventas.– ¿Se puede decir que Las Ventas es su plaza? – Las Ventas es una plaza que me ha dado mucho. He tenido tardes muy bonitas allí, con la gente volcada, aunque haya habido, y hay, otras muchas plazas en las que he tenido muchos y grandes triunfos, más regularidad. Otras en las que he tenido más presencia o la gente ha sido más incondicional. Pero la de Madrid es una plaza que supone un examen cada vez que toreas en ella.– Este año ha habido una cierta polémica con la participación de El Juli a la hora de confeccionar los carteles de San Isidro. Al final estará dos tardes. – Bueno la polémica no ha sido por mi culpa. Yo tenía dos tardes pactadas desde el principio. Luego surgió la posibilidad de torear una tercera y pedí, aunque al final no se pudo llevar a cabo, la de La Quinta. – Ganadería de la que, al final, matará un toro en la Corrida de la Prensa.– En Madrid se valoran mucho estos gestos. Y La Quinta es una ganadería que aquí se aprecia mucho. Quería matar esa corrida y al final mataré un toro en la Corrida de la Prensa, así la gente podrá ver que no eran sólo palabras y que mi petición no era un farol.– También en su paso por Madrid se medirá a dos de sus más directos rivales este año: Castella y Perera. – Este es otro aliciente para torear en esta feria. Para el torero es muy importante que haya un gran cartel que atraiga la atención del público. Y este año, bueno, desde hace ya unos años, hay un buen montón de grandes toreros.– ¿La competencia siempre ha sido un motor para la fiesta? – La competencia siempre es buena. A la gente le atrae el que los toreros se disputen el triunfo. Pero la competencia tiene que ser natural, no hay que inventarla, no tiene que ser forzada. Tiene que surgir por sí sola. Como digo, ahora mismo hay un montón de toreros extraordinarios entre los que hay mucha competencia, lo que pasa es que, a lo mejor, no lo exteriorizamos, de cara a la gente no parece que haya esa rivalidad, pero, en el ruedo, indudablemente existe, es brutal, aunque, por ejemplo, si un toro es blando o tiene poca fuerza, pues no intervienes en un quite para no perjudicar a tu compañero, pero ya lo creo que lo que se busca es estar mucho mejor que los otros.– ¿Le sorprende que, a estas alturas de su carrera, haya gente que hable de consagración de El Juli por su actuación en las fallas? – Es una anécdota. No me preocupa lo que puedan decir. Lo importante es estar a gusto. Yo sé cómo estuve y lo que cuenta es ser el torero que quieres ser.– Pero su trayectoria habla por sí sola y en Valencia, siguiendo con ese ejemplo, ha tenido, hace ya años, grandes triunfos y tardes importantes. – En Valencia he salido a hombros muchas veces y he tenido actuaciones muy completas y redondas. Lo que pasa es que mi evolución como torero puede haber sorprendido a la gente. – Lo que sí es indudable es que se encuentra en un momento de forma extraordinario. – Estoy a gusto. Esta es la situación que quiero. No tengo dudas en cuanto a mi toreo ni con respecto a lo que quiero hacer. No toreo para convenecer a nadie, sino para emocionarme. – ¿Y cuál es su meta, a qué altura se ha puesto el listón?– Yo no me he medido nunca. Siempre salgo a dar lo mejor de mí. Si no he sido mejor es porque no he podido, pero ni me dejo nunca nada en el tintero. Nunca he salido con la idea de torear a un ritmo menor pensando en lo que pueda hacer mañana. Torear es una oportunidad para ser feliz.