Convención del PP

Churchill en ETA

La Razón
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Desde que ETA dijo en enero que nos declaraba una tregua, se ha entregado, sin tregua, a la literatura. Uno ya ha perdido la cuenta de sus comunicados. Y, como la imaginación no es precisamente lo que le sobra a esa peña, el último mensaje que ha lanzado al mundo anda entre el plagio a Churchill y el esoterismo. «El camino a la independencia será largo, difícil y duro» dicen emulando al famoso «sangre, sudor y lágrimas» con el que el hombre del bombín y el puro preparó a su país para la guerra. Y, junto a este inesperado abrazo al conservadurismo británico, viene la apelación ocultista a la «nueva era» que se ha abierto en Euskal Herria, una alusión que no hace sino evidenciar que ETA, Sortu y Bildu son partes de la misma banda de… música.
No es que Batasuna se haya separado de ETA, o sea de sí misma, sino que trabaja para sí misma, o sea para ETA, en sus intentos de colarse en las elecciones del 22 de mayo. ETA no alude a esos rudimentarios caballos de Troya electorales, pero se le escapa la bendición implícita a esa crónica anunciada del travestismo terrorista, a esa «nueva era» que es más vieja que la de los dinosaurios. Y es que la única nueva era para el País Vasco y para España comenzará si ETA no está en esos comicios.