Fondo de Liquidez Autonómico
Mantra parlamentario
Después del tibio enfrentamiento entre Arenas y Griñán en el último Pleno de hace dos semanas, ambos dirigentes se sacudieron ayer –algo– la astenia postvacacional. Aunque el debate entre los primeros espadas andaluces sigue varado en un mar de temas recurrentes, que vuelve como un mantra cada quince días al viejo Hospital de las Cinco Llagas. No hay Pleno sin que el presidente de la Junta o alguno de sus consejeros saque a pasear a Camps y a Esperanza Aguirre; sin una alusión a los 2.500 millones de la liquidación del sistema de financiación 97-2001 que pagó Zapatero a Andalucía después de aterrizar en la Moncloa; o a los 4.000 millones de euros de fondos europeos que escamoteó a la región el Gobierno de Aznar. El PP no es PP sin las críticas al pago en solares a la deuda histórica, al 50 por ciento de paro juvenil, a la previsión de que la deuda de la comunidad se dispare este año hasta los 20.000 millones de euros.
Si antes de las doce de la mañana –la hora de las preguntas al presidente– se hubiera sabido ya la letra pequeña de los Presupuestos Generales del Estado, el debate hubiera espumado con más vigor. Como no fue así, sólo hubo lugar para alguna ráfaga de Arenas recordando los más de 2.100 millones de euros en inversiones no ejecutadas en los dos últimos ejercicios; y, de Griñán, garantizando que las transferencias a Andalucía –como se confirmó poco más tarde– se iban a corresponder con la otra letra pequeña del Estatuto de Autonomía. Es decir, con el porcentaje del 17,8 por ciento que establece la Disposición Adicional Tercera del articulado andaluz.
Con todo, el resbalón de Griñán reprochando a Arenas que no haya presentado en septiembre un plan alternativo contra la crisis elevó la temperatura. Ahí el líder del PP-A sí remató a placer: «Vamos a traer el plan, pero cuando lo presentemos no salga corriendo». Y es que a principios de marzo fue el presidente de la Junta el que abandonó precipitadamente su escaño, dándose la vuelta, cuando Arenas se acercó a él para entregarle un documento con 103 propuestas económicas.
Fuera de la Cámara, le preguntaron a Arenas si había alguna relación entre su tono vehemente y los toros de su corbata. El dirigente popular lo achacó al abandono de la muleta –la de aluminio, no la pañosa–, pero algo habrá influido el astifino regalo de Juan Manuel Albendea. Gonzalo Argote en los carteles. Compañero de militancia. Taurina, claro.
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