Energía

Cambiar las farolas en las vías costará casi 400 millones

Fomento tendrá que cambiar 280.000 puntos de luz

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MADRID- El Ministerio de Fomento tendría que cambiar del orden de 280.000 puntos de luz de la red vial española para llevar a cabo el plan del ministro José Blanco de sustituir bombillas por otras de bajo coste para iluminar las carreteras. Esta cantidad supone el 20% del total de puntos de luz que existen en las vías y que se estima en 1.400.000, según fuentes del sector. El resto del alumbrado se considera «eficiente», como es la iluminación con lámparas de halogenuro metálico o las de vapor de sodio alta presión, aunque no es la última tecnología que, en este caso, sería la LED.

Si Blanco optara por el alumbrado «eficiente» sólo el equipamiento de la luminaria de una farola costaría unos 600 euros de media, con lo que multiplicado por los 280.000 puntos de luz que habría que cambiar para ahorrar supondría una inversión de 168 millones de euros (3,5 euros por ciudadano). Si optara por el sistema LED, los precios aumentarían más del doble, ya que su coste ronda los 1.400 euros por farola. Esto supondría un desembolso de al menos 392 millones de euros (8 euros por ciudadano). No obstante, a estos precios habría que añadirles el equipo de regulación, la instalación eléctrica y, por supuesto, el consumo de luz.

La inversión sería millonaria en un primer momento si Fomento optase por el sistema LED, considerada la tecnología del futuro, pero «a largo plazo supondría un ahorro de más del 30% en gasto energético y tendría un menor coste de mantenimiento, con lo que la inversión es rentable a largo plazo porque los costes se reducen», asegura Alfredo Berges, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación.

Sin embargo, el principal problema que ahora se plantea es de dónde sacar la financiación cuando hay ayuntamientos españoles que no disponen de fondos suficientes para pagar la factura de la luz, en algunos casos, o registran altos niveles de endeudamiento.

El Ministerio de Fomento se enfrenta también a otro obstáculo importante, como es el hecho de que no podría materializar su plan de manera inmediata. Berges asegura que ejecutarlo llevaría del orden de cuatro meses, ya que no sólo es necesario saber qué es lo que hay que iluminar, sino también otros factores como la intensidad media del tráfico de la vía, dónde sujetar la iluminación, hacer un proyecto y dar una solución final en función de la inversión y el rendimiento.

Burocracia
A estos aspectos técnicos se une la burocracia que exige la Administración, ya que es imprescindible pasar todo el trámite de adjudicación y ejecución del proyecto a una empresa.
El director general de los fabricantes de iluminación no ocultó ayer su desconcierto por los planes del Gobierno: «No sabemos a qué juega y todo son rectificaciones. Esto no es bricolaje y lo que necesitamos saber es en qué consiste el plan y cuál va a ser la inversión».