Ginebra
«El cristiano debería escoger la sobriedad como estilo de vida»
MADRID-El Papa Benedicto XVI exhortó ayer a los cristianos a elegir la sobriedad como estilo de vida, especialmente en las fiestas de Navidad que están por llegar.
En el segundo domingo de Adviento y antes del tradicional rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro de Vaticano, donde se congregaron miles de fieles y peregrinos, el Pontífice señaló que dentro de pocas semanas celebraremos que el Señor, «siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para que vosotros os hicierais ricos a través de su pobreza».
Con el tema de la sobriedad como pieza clave de su discurso, el Papa destacó la personalidad de san Juan Bautista, precursor de Jesús y ejemplo de sencillez. Su estilo debería llamar a todos los cristianos a «escoger la sobriedad como estilo de vida», afirmó.
San Juan Bautista viene presentado «como una figura muy ascética: vestido de piel de camello, come saltamontes y miel silvestre que encuentra en el desierto de Judea», explicó Benedicto XVI.
Jesús mismo –dijo–, una vez, «lo contrapuso con aquellos que están en los palacios de los reyes» y «que visten de trajes de lujo».
En cuanto a la misión de san Juan fue una «llamada extraordinaria a la conversión», pero además fue más allá de la sobriedad del estilo de vida ya que «llama a un cambio interior, a partir del reconocimiento y de la confesión del propio pecado», comentó.
Para el Papa, «mientras nos preparamos para la Navidad, es importante que volvamos a nosotros mismos y hagamos un examen sincero sobre nuestra vida».
Para concluir, el Santo Padre hizo alusión a la Virgen María, «a la que confiamos nuestro camino para el encuentro del Señor, mientras proseguimos nuestro itinerario de Adviento para preparar nuestro corazón y nuestra vida a la llegada de Emanuel».
Solidaridad con los refugiados
Tras el rezo del Ángelus, el Papa hizo alusión al 50 aniversario de la Organización Mundial para las Migraciones y al 60 aniversario sobre el Estatus de Refugiado que se celebra en los próximos días en Ginebra y otras ciudades del mundo.«Confío al Señor a aquellos que, a veces esforzadamente, deben dejar su propio país o son privados de su nacionalidad», afirmó.El Pontífice animó «a la solidaridad y al rezo por todos aquellos que trabajan por proteger y asistir a estos hermanos en situaciones de emergencia, exponiéndose también a graves esfuerzos y peligros».
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