Colombia

César Rincón un azulejo a golpe de puertas grandes

En el vigésimo aniversario de su primera salida a hombros

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«Gracias eternamente», así terminó ayer César Rincón su escueta, pero muy emotiva, intervención en un día soñado. De gloria y oro. Un 27 de mayo que nunca olvidará. Perenne en el tiempo, gracias a Las Ventas y la afición de Madrid. Ambas le rindieron un merecido homenaje, plasmado e inmortalizado con la colocación de un azulejo conmemorativo en las paredes de la primera plaza del mundo.

Un hueco entre el Olimpo del toreo en el que ya figuraban nombres de la magnitud de Santiago Martín «El Viti», Julio Aparicio, Curro Romero, Antonio Chenel «Antoñete» o Andrés Vázquez. Desde ayer, también el maestro colombiano. Primero de su país en salir de luces por la puerta grande. Hasta seis veces lo conseguiría, cuatro seguidas en el mismo año. Un hecho sin precedentes del que el pasado 21 de mayo se cumplió el vigésimo aniversario –de la primera de ellas–.

«Salir por la puerta grande nos cambia la vida, todos ustedes saben lo que significa. Pero, sobre todo, a los toreros que venimos del otro lado del charco, por mucho que digan que Madrid da y quita, soy de los que piensa que sólo da, y da mucho, todo, diría yo» , afirmó el colombiano después de unos emocionantes segundos en los que su discurso tuvo que demorarse por culpa de un calurosísima y larga ovación de todos los presentes en la Sala Bienvenida del coso madrileño, lugar del homenaje. «Hay un antes y un después de Madrid para toda mi familia, gracias a esta plaza pude traerlos a todos aquí. Lo más lindo que ellos y yo hemos podido encontrar es el cariño y el amor que siempre nos han mostrado», prosiguió.

Acompañado por su mujer e hijo y rodeado de multitud de compañeros, amigos y aficionados, el colombiano fue recordado por algunos de los nombres propios de una carrera forjada desde «la lucha, el tesón y el esfuerzo». Así le recordó Esperanza Aguirre, que quiso sumarse al acto pese a su ausencia mediante una carta que leyó Carlos Abella. El gerente del Centro de Asuntos Taurinos calificó de «merecidísimo» homenaje «con un clamor humano como pocos» hacia «uno de los matadores más destacados no de América, sino del mundo».

Su antiguo apoderado, Luis Álvarez, recordó cómo se fraguó su contratación esas cuatro tardes a hombros y cómo sus éxitos «paralizaron Colombia», en especial tras ser abrazado por El Rey Don Juan Carlos la tarde de la Beneficencia con toros de Samuel Flores, presente junto a otros ganaderos, cuyas reses resultaron capitales para el sudamericano, como Pablo, Eduardo y José Luis Lozano (Alcurrucén), Cristina Moratiel (Baltasar Ibán) o Victoriano del Río. Éste incidió en lo «justo» de un reconocimiento «muy costoso», ya que como recordó en su carrera debió sobreponerse a «duras enfermedades». Al acto también asistieron el embajador de Colombia en España, Orlando Sardi de Lima, y el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero.