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El síndrome del mensaje fantasma
Siempre conectados, constantemente «online». Así se encuentra el 58 por ciento de los españoles, gracias a los smart phones, tablets o aplicaciones como WhatsApp, que permiten el acceso permanente a internet.
Madrid- La cifra es aún mayor entre los jóvenes con edades comprendidas entre los 21 y los 24, más próximos aún a las nuevas tecnologías, entre los que siete de cada diez se encuentran en este estado. Sin embargo, un estudio publicado por la Sociedad Británica de Psicología demuestra que el uso de «smartphones» aumenta el estrés debido a la obsesión que produce recibir mensajes. A veces la necesidad creada en los usuarios es tal que creen notar vibraciones de notificación que en realidad nunca se produjeron.
Según el estudio desarrollado por el psicólogo de la Universidad de Worcester, Richard Balding, la gente se está volviendo obsesiva en la comprobación de sus cuentas, lo que produce que en realidad estén cada vez más estresados en vez de aliviados.
Encadenado al e-mail
El peligro, en este caso, está en convertirse en un adicto a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. De hecho, «cada vez más hay ciberadictos, más personas que sienten una necesidad imperiosa de consultar el correo electrónico y, salvo que se trate de algo urgente, porque se esté esperando una noticia importante, es necesario controlarse para no encadenarse a la consulta del correo electrónico», explica Valentín Martínez Otero, psicólogo y pedagogo.
El ocho por ciento de los jóvenes de entre 18 y 34 años corre ese riesgo. «El perfil de la persona adicta a las TIC suele coincidir con el de una persona joven, urbana, con conocimiento de inglés y manejo habitual de ordenadores, de profesión liberal y de clase media-alta», explica Salvador Ros, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada. Según los datos de los que dispone, cerca del tres por ciento de los jóvenes entre estas edades sufre dependencia de las TIC. Los síntomas, en su opinión, son claros: bajo rendimiento o fracaso escolar, irritabilidad, pérdida de interés por las actividades que realizaba previamente, trastornos del sueño o distanciamiento de la familia o los amigos.
El psiquiatra Alfonso Sanz cree, además, que a diferencia de lo que ocurre con otras adicciones, como los abusos que se producen con el alcohol o las drogas, a estos casos no se les está dando la debida importancia. «La sociedad aún no es consciente del grave riesgo que implica esta dependencia y el problema es que este trastorno no produce un deterioro físico. Sólo se acude al médico en situaciones extremas que la familia aprecia, cuando el joven ya ha desarrollado conductas muy perturbadas donde la adicción es ya sólo un elemento más dentro de un cuadro de gravedad». Por eso, la psiquiatra Laura Fernando alerta de la importancia de una detección temprana y del tratamiento emocional precoz de este tipo de dependencia, informa Ep. «Corremos el riesgo de que jóvenes que no han sabido madurar y adaptarse a las situaciones que se han ido produciendo en su vida debido a su aislamiento tampoco lo hagan cuando lleguen a la edad adulta de manera que no sean capaces de asumir responsabilidades».
Según la consultora TNS, en España existen 2.000 millones de internautas y el 84 por ciento se encuentra en redes sociales, según datos del informe «Digital Life 2011».
El estudio, que recoge datos relacionados con sesenta países del mundo, concluye que el 80 por ciento de los internautas utiliza la red para buscar información y compartir conocimientos. El 47 por ciento escribe sobre marcas y el 78 por ciento tiene en cuenta estos comentarios. A nivel mundial, los internautas dedican una media de 18 horas a la semana a navegar por la red y casi un 20 por ciento utiliza las redes sociales.
Conectados por la noche
Resulta curioso que un buen número de internautas, el 23 por ciento, se conecta con el dispositivo móvil por la noche, precisamente en el momento de mayor relax o cuando se dispone de más tiempo libre fuera de las obligaciones habituales. De hecho, el uso de móviles se ha duplicado en cinco años y se sitúa en unos 6.000 millones en 2011. En España el nivel de penetración en internet es del 62,2 por ciento. Además, se ha duplicado el número de accesos a la red de los usuarios y el tiempo de conexión desde dispositivos móviles. Son cada vez más los que se conectan a las redes sociales que también está empezando a atraer a grupos de edad cada vez más avanzada.
Asalto a la billetera digital de papá
Comprar por internet es un hábito cada vez más extendido entre los jóvenes. El 33 por ciento suele hacerlo tirando incluso de la tarjeta de papá y, en algunos casos, sin su consentimiento. Uno de cada tres jóvenes asegura que ha utilizado sus tarjetas de débito o crédito sin contar con la autorización de sus progenitores. Además sucede que el 23 por ciento de los padres piensa que sus hijos se sobrepasan comprando, según el informe de Norton Online Family. «Padres y profesores juegan un papel muy importante a la hora de mantener a los jóvenes seguros online y es innecesaria una educación específica en este sentido», explica Marian Metritt, defensora de la seguridad en internet de Norton.
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