Presos
Nueva decepción
El final del decepcionante comunicado de ETA, el momento en el que los tres encapuchados levantan el puño para decir: «jotake sozialsmo e independentizia lortu arte» (luchar hasta conseguir una Euskadi independiente y socialista), debería haber sido suficiente para que el Gobierno se abstuviera de comentar y dar pábulo a una comunicación que pese a las expectativas creadas no aporta nada nuevo. ETA lleva décadas soltando las mismas propuestas, con similar lenguaje cada vez que anuncia un cese de la actividad armada, pero tampoco en esta ocasión menciona el abandono definitivo de la violencia y sí insiste en que durante el proceso –lo que significa que estamos en un proceso–, se resuelva «el derecho de autodeterminación» del pueblo vasco. Curiosamente, todos los actores sociales menos el bloque de Gobierno valoraron negativamente el anuncio de los terroristas. Entonces, si es más de lo mismo, ¿por qué comparece Rubalcaba para contestar al texto, sin permitir preguntas a los periodistas? Porque a través de ese simulacro de rueda de prensa responde a la banda y le transmite que valora el paso dado, pero que si pretende ver a Batasuna en las instituciones, deberá ir más allá y habrá de hacerlo antes del 28 de enero, fecha límite para que su brazo político presente candidaturas. En cambio, si nos atenemos a lo expresado por el locutor de la troika etarra, la banda piensa seguir pegando tiros –que es su manera natural de luchar para conseguir algo–, hasta que los demócratas renuncien a defender el Estado de Derecho. En ese indeseable caso, ETA nos perdonará la vida.
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