Chile
Esa maldita infancia
«El cuerpo en que nací»Guadalupe Nettel Anagrama. 200 páginas. 16 euros.
En los seis cuentos de «Pétalos», como en su novela «El huésped»,Guadalupe Nettel había intentado descifrar cómo eran ciertos mundos familiarmente extraños, habitados por personas extravagantes que deambulan por una realidad compartida, que se jacta de ser norma, y en la cual hay hombres y mujeres perseguidos por sus obsesiones pero, también, felizmente asentados sobre sus manías.
Algo de esa pulsión neurótica se siente en «El cuerpo en que nací», novela autobiográfica y marcada por una prosa elegante y clara en la que la autora relata cómo fue su infancia en los años setenta en México, una época signada por la experimentación de todo tipo (de drogas, de sexo, de tener hijos) pero también por las dictaduras, con hijos de padres que habían llegado a su país escapando de lugares como Argentina, Uruguay o Chile.
El relato de su infancia (que Ne- ttel empezó a escribir cuando una revista le encargó un texto autobiográfico y que coincidió con el nacimiento de su primer hijo), a pesar de que en un momento pueda ser pensado como un retrato irónico de la generación de sus padres (un matrimonio abierto, amantes de las comunas hippies), lo cierto es que está narrado desde una posición marginal que adopta la narradora: una niña que ha nacido con un problema en el ojo, un lunar que le impide ver con nitidez, pero cuya infancia y adolescencia es recordada con claridad. «El cuerpo en que nací» es una novela que no se propone la construcción eficaz de un mito. Nettel, a medida que avanza en el relato de su vida, descubre lo que siempre ha estado allí: la vocación de escribir y las claves que conforman su literatura.
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